Eso de tener restos en la nevera es un peligro para mi.
En este caso era un bote de dulce de leche casi acabado y que me resistía a tirar (no está la cosa como para tirar nada). Y una opción era acabarlo a cucharadas, algo para lo cual no tenia ningun problema o bien elaborar alguna receta donde pudiera incluirlo.
Que conste que la primera opción estuvo a punto de salir pero me pudo al final el sentido común de no darme el atracón yo sola. Al final todo se reduce a engordar yo sola o que engorden los demás conmigo jajajja
Esta receta es bien fácil, ya sabéis como me gusta usar hojaldre. En esta ocasión la presentación es muy básica, un triángulo que quedó tan grande que por eso he llamado pañoleta pero podéis hacer los triángulos más pequeños o darle otra forma distinta.
INGREDIENTES: Para cuatro pañoletas
1 lámina de hojaldre
4 cucharadas grandes de dulce de leche
Para adornar:
25 gr de almendritas crocantis (las que vienen en cubitos)
4 cucharaditas de azúcar
PREPARACIÓN:
Extendemos la lámina de hojaldre y la cortamos en cuatro cuadrados iguales.
Untamos la cucharada de dulce de leche en cada uno de ellos. Los doblamos formando un triángulo y cerramos los bordes presionando con un tenedor.
Pintamos con huevo batido.
Espolvoreamos con azúcar y almendras crocantis.
Horneamos a 180º unos 15 o 20 minutos.
Extendemos el hojaldre y lo cortamos en cuatro partes iguales.
Untamos el dulce de leche encima.
Doblamos formando un triángulo. Aplastamos los bordes con un tenedor. Pintamos con huevo batido y espolvoreamos azúcar y almendritas. Al horno.
Quedan unos dulces bien hermosos, para mi que soy golosa son perfectos jejeje.
Aunque pueda parecer lo contrario, no son excesivamente dulces.