Con cariño para mi querida prima Toñi
Quiero comenzar ésta entrada a “Mi cocina” indicándole a aquellas personas que me visitan y no conozcan el “fondant”, ésa pasta blanca cuyos ingredientes son básicamente una mezcla de azúcar glass, glicerina, gelatina, agua y glucosa, que añadiéndole colorantes se pueden conseguir todos los colores, incluso sabores como chocolate, vainilla, etc. Ésta “masa” que parece plastilina del “cole” pero que se come, que puede amasarse, moldearse y estirarse para cubrir pasteles, bizcochos o magdalenas, hasta hace muy poco tiempo sólo lo usaban los profesionales pasteleros para recubrir y decorar maravillosas tartas, que más bien son verdaderas obras de arte.
Hoy en día el fondant aunque se puede hacer en casa (con azúcar o con las llamadas nubes que tanto gustan a los niños) siguiendo los pasos que encontramos en libros, blogs e internet, pero aunque las expertas en ésta técnica aconsejan no dejarse llevar por el fondant comprado ya preparado, éste es estupendo para empezar a trabajarlo, aprender y “empaparse” de su textura hasta cogerle el “truqui”.
Mi admiración por éste arte, por las técnicas de decoración de tartas viene de antiguo; si mal no recuerdo, hace ya unos 25 años encargué la primera tarta decorada con fondant para un cumpleaños de mi hijo en una pastelería de Torremolinos, aunque ha sido a través de mis andaduras blogueriles que ha ido creciendo en estos últimos tres años y la “guinda” para que me animara a entrar en éste “mundillo” la puso mi prima Lidya, regalándome material para poder decorar los pasteles, aunque está pendiente que me enseñe personalmente y me dé sus trucos, ya es una maestra en ésta materia, nada más tienen que visitar su blog http://cocinadulcedelosmol.blogspot.com.es y ver como “domina” el fondant .
Mi historia con el fondant es muy corta, aunque me ha gustado descubrirlo, a pesar de que jamás, nunca se me dio bien, ni me gustó modelar ni con plastilina. Yo ni tan siquiera había tocado el fondant y a pesar de que se necesita mucha paciencia, muchísimo tiempo (dos ingredientes vitales de los que suelo carecer en demasía) y tengo aún poco material aún, y aunque el mundo de fondant es infinito, cuanto más se lee nunca se acaba…. tenía enormes ganas de probar.
No hace mucho preparé unos cup cakes (magdalenas decoradas) y pude comprobar que no es tan complicado como pensaba, que se pueden hacer cosas muy “resultonas”, así que sin cursos, sin clases, leyendo, mirando, me puse a teñir, cortar y modelar, tras dos horas de ilusionado trabajo, conseguí preparar ésta tarta para el cumpleaños de mi prima Toñi (mi Antoñita Mari).
¿Qué usé?
Para el bizcocho: 200 gramos de mantequilla, 320 gramos de azúcar, 280 gramos de harina (usé Harimsa, con levadura incorporada), seis huevos, cuatro cucharadas soperas de leche y la ralladura de un limón.
Para el adorno: Un paquete de fondant (blanco) de la marca Dr. Oetker, colorante para fondant verde y rojo, mermelada de melocotón y Sirope (Golden Syrop: jarabe dorado de caña de azúcar, para pegar el fondant al bizcocho, aunque también se hace con nocilla, leche condensada, mermelada, etc….)
Hacer el bizcocho:
Precalentar el horno a 180º C y engrasar con mantequilla un molde circular en éste caso de unos 22 cmts. y forar la base con papel sulfurizado.
Batir 200 gramos de mantequilla y 320 gramos de azucar hasta que esté cremoso y blanquee.
Añadir seis huevos medianos, uno a uno, sin dejar de batir.
Tamizar 280 gramos de harina con levadura incorporada y remover hasta que todo el conjunto esté bien mezclado.
Añadir sin dejar de remover cuatro cucharadas soperas de leche (yo puse nata (crema de leche) especial cocina ligera) y la ralladura de un limón.
Echar la mezcla en el molde y hornear unos cuarenta y cinco minutos aproximadamente (depende del horno), o hasta que la mezcla suba, se dore y un pincho salga limpio al insertarlo en el centro.
Dejar enfriar y desmoldar.
Cortar el bizcocho por la mitad, untar la mermelada y volver a montar uno encima de otro.
Mientras preparar la decoración:
Coger trocitos de la pasta fondant para ir tiñendo de cada color que se necesite utilizar. Preparar una bola por cada color, meter un palillo de madera dentro del bote de pasta, lo que salga pegado en el palillo lo ponemos encima de una bolita de pasta fondant y amasar bien, hasta que el color esté bien integrado y la pasta tenga un color uniforme; así hasta conseguir la cantidad y el color que se desee
Se pueden mezclar varios colores para conseguir otros tonos.
Para hacer las flores pequeñas: Hacer una bolita y con un palillo de madera, por el lado plano hacer un agujerito. Con unas tijeras darle cuatro cortes de forma que quede caja “hoja” del mismo tamaño, aplanar suavemente y colocar una bolita pequeña en el centro.
Para hacer las rosas, hacer pétalos, aplanando unas bolitas de fondant e ir pegándolos uno a uno, dándoles un poco de “aire” a los bordes.
El nombre y las rosetas de alrededor es ya preparado, también de la marca Dr. Oetker (trae hasta las boquillas incorporadas).
Estirar la pasta del fondant con un rodillo de madera, poniendo la pasta sobre papel de hornear (para que no se pegara le puse azucar glass).
Pintar el bizcocho con el sirope.
Colocar la masa estirada encima del bizcocho y recortar los bordes.
Y empezar a decorar.
La decoración a gusto de cada cual y usando la imaginación, aunque en ésta ocasión a mi me ayudó mi libro Cupcakes de Marcela Capó, donde da ideas muy divertidas y creativas.
Y por supuesto con el “empujón” para adentrarme en éste fantástico mundo del fondant de mi prima Lidya.