Hoy toca receta fácil, rápida y deliciosa.
Se trata de hacer una buena tapita de patatas bravas de toda la vida.
Para los que solamente las conocéis de comerlas en baretos y restaurantes he de deciros que os llevará unos 20 minutos y que están igual de buenas o incluso mejores que las que coméis fuera, ya que normalmente la salsa la suelen poner de bote y la nuestra será totalmente casera.
Vamos con la receta:
INGREDIENTES:
8 Tomates grandes
2 guindillas
1 diente de ajo
1 cebolla
Un poco de orégano
1/2 cucharadita de pimentón picante
Aceite
ELABORACIÓN:
Comenzamos por pelar el tomate y cortarlo en trocitos para que cuando hagamos la salsa no nos queden grumos y restos de piel y que nuestra salsa sea suave y homogénea.
Ponemos nuestros cebollas con un chorrito de aceite a hacerse en la sarten.
Cuando empiecen a estar doradas añadimos los tomates cortaditos, el ajo, las guindillas y un poco de orégano.
Dejamos que se haga la salsa (unos 20 minutitos) a fuego medio-fuerte.
Cuando ya casi está hecha la salsa la probaremos para ver el nivel de picante (aquí depende de cuánto os guste el picante…). Si véis que está bien de picante termináis de cocer vuestra salsa y procedemos a servirla. Si sois de los que os gustan bien fuertes las patatas bravas añadid media cucharadita de pimentón picante y terminad la cocción y servid.
Para las patatas procederemos a freirlas con aceite a media temperatura hasta que estén bien cocidas. Las retiramos a un plato y unos minutos antes de servir os recomiendo darles una pasada por aceite bien caliente para hacer su segundo frito y así os quedarán suaves y tiernas por dentro y bien crujientes al exterior.
Y tapita terminada que acompañada de un buen vino blanco y la compañía de los amigos puede crear un buen momento de felicidad.
Podéis acompañar vuestra patatas con una tapita de pimientos rellenos de tortilla, unos bocaditos de salchicha y unas croquetas de queso azul y tendréis un meno a lo tapeo de lo más profesional.
Que se os haga la boca chocolate y disfrutad del día.