En fin, toda la vida viendo películas americanas donde se comían sus sandwiches de mantequilla de cacahuete con mermelada (la de fresa es la más popular). El llamado: PB&J (peanut butter & jam), que me parecía la cosa menos apetecible del mundo y más insana y aquí estoy haciendo postres con esa pasta tan americana. Que vendría a ser nuestro equivalente con la nocilla. Tiene hasta un día en su honor, el 24 de enero es el día nacional de la Peanut butter. Pronto se convirtió en el favorito de los niños y al ser tan energético fue uno de los productos clave para la alimentación de los soldados durante la Primera Guerra Mundial.
No es el primer postre que hago con mantequilla de cacahuete, podéis ver unas cookies que hice aquí, y descubrir el origen de esta pasta tan americana. Pues mira por dónde a pesar de ser muy calórica está hecha prácticamente de cacahuetes por lo que tan insana como yo pensaba no es, siempre y cuando no se le añada mucho aditivo por parte de las marcas comerciales. Existen dos variedades en cuanto a textura: la crunchy, con trocitos de cacahuete, y la creamy o smooth, sin ellos. En cuanto al sabor las hay saladas, dulces, con jarabe de arce, con chocolate, con canela y pasas, con chocolate blanco, … La marca Jif es la que más se vende en USA en la actualidad.
La crema de cacahuete (o maní) es una pasta hecha de cacahuetes que han sido tostados y molidos, se le añade sal y, algunas veces, azúcar para mejorar el sabor. También estabilizadores para evitar la separación de los aditivos aceitosos y sólidos. En las cremas de cacahuete naturales, los aceites y sólidos pueden separarse sin el uso de estabilizadores. Sería el equivalente español a la crema de avellanas en cuanto a popularidad.
La crema de cacahuete tiene un alto contenido en calorías. Cada cucharada de esta deliciosa crema nos aporta una gran cantidad de nutrientes. Contiene proteínas y grasas saludables monoinsaturadas, que proporcionan energía. Además, tiene otros nutrientes como por ejemplo fibra, fósforo, vitamina B3, B7, vitamina A, hierro, resveratrol, triptófano y manganeso.
La crema de cacahuete se utiliza untada en pan, galletas, frutas o forma parte de recetas de comidas y postres. Los americanos se la ponen hasta a las palomitas. Sellada, la crema de cacahuete se puede guardar entre 9 a 12 meses.
Los bombones que he utilizado son de la marca Hershey’s que podéis encontrar en la tienda de productos americanos Taste of America o a veces en el club del gourmet de El Corte Inglés. Aquí encontramos 3 ó 4 variedades a lo sumo. En América hay un sinfín de variedades: chocolate negro, chocolate con leche, con leche rayado con chocolate blanco, relleno de crema de caramelo, con una almendra dentro, con una avellana, de cookies ‘n’ cream, recubiertos de chocolate naranja y con sabor especiado de calabaza que comercializan en Halloween y también ediciones especiales en Pascua, Navidad, San Valentín.
Y dicho esto vamos con la receta. Podéis encontrar la receta original aquí. Aunque sigo a Bakerella desde hace mucho tiempo por las redes sociales nunca había hecho una receta suya. Llegué a su receta a través del maravilloso blog de La chica de la casa de caramelo. Es una delicia, tengo que preparar uno de esos maravillosos picnics que prepara.
Esta vez estaba perruna y he preparado la receta con la medida de cup o taza americana. Os pongo la cantidad en gramos. He combinado azúcar blanco y moreno. Ya sabéis que si encontráis una receta con medidas en cup o taza podéis pasarla fácilmente a gramos aquí.
Peanut butter kisses.
INGREDIENTES para unas 40 galletas:
– 190 g de harina
– 3/4 de cucharadita o TSP de bicarbonato sódico
– 1/2 cucharadita o TSP de sal
– 115 g de mantequilla pomada
– 230 g de mantequilla de cacahuete
– 200 g de azúcar (1/2 blanco, 1/2 moreno) + un poco de azúcar blanco para rebozar las bolas de masa
– 1 huevo
– 2 cucharaditas o TSP de esencia de vainilla
– Chocolatinas Kisses de Hershey’s
Preparamos nuestros ingredientes.
En un bol mezclar y tamizar juntos la harina, el bicarbonato sódico y la sal. Con la ayuda de un robot o una cuchara de madera batir las dos clases de mantequilla hasta obtener una mezcla cremosa. añadir el huevo y la vainilla. Agregar la mezcla de ingredientes secos e integrar todos los ingredientes. Precalentar el horno a 175ºC.
En una bandeja con papel sulfurizado o similar ir colocando bolas de masa de unos 3 cm de diámetro aproximadamente o de unos 18-20 g de masa. Rebozar las bolas de masa en azúcar blanco y colocar en la bandeja dejando separación entre ellas, unos 4 cm al menos.
Hornear a media altura, a 175ºC durante unos 10-12 minutos o hasta que bajen un poco. Sacar del horno y al momento colocar un bombón en el centro de cada galleta empujando un poco para formar esas grietas tan características. Luego pasar las galletas a una rejilla para que se enfríen un poco. Veréis que el bombón de chocolate se pone brillante por el calor, es el momento ideal para comérselas.
Mi hija Martina me ayudó a hacer las galletas.
Una vez frías podéis guardarlas en una lata y se mantienen en buen estado durante varios días.
¿Habéis notado algo diferente en las fotos? Sííííííí, por fin tengo el anhelo de mis deseos, una KITCHEN AID !!!!! Debo de haber sido muy buena en 2.015 porque los Reyes Magos me trajeron el sueño de toda repostera, una Kitchen Aid en rojo imperial. ¡Ainnnnssssss qué bonita! ¡Y qué ilusión! Enamorada de una máquina. Sí, sólo es un objeto pero no me extraña que en Estados Unidos la tengan en un museo. Había soñado con ella, por éso no me podían haber traído otra. Estoy FELIZ, FELIZ, FELIZ. Adiós a mi Bosch MUM básica que tan buenos momentos me dio, bienvenida K.A., mi nueva “ayuda en la cocina”. Creo que vamos a ser grandes amigas. Ya he montado nata (crema de leche), hecho merengue, macarons y cookies. Como si la hubiera utilizado desde siempre. Sí, se merece un post aparte. ¿A qué sí?
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