Procedente de países cálidos, concretamente de Sudamérica y África, la piña entra con fuerza en los hogares sobre todo en época navideña, ya que las frutas exóticas se han puesto de moda como postre ideal para las Fiestas. Sin embargo, su consumo es cada vez menos coyuntural y se extiende a cualquier época del año porque no es una fruta de temporada: "al cultivarse en zonas tropicales podemos encontrarla en condiciones óptimas durante todo el año", nos explica Eloy Ruano, propietario de Frutas Eloy, distribuidores de fruta y verdura especializados en hostelería.
Tipos de piña
A pesar de que existen muchas variedades, en España las que más se comercializan son la piña común y la dulce. La primera procede de África, sobre todo de Costa de Marfil. "Tiene una pigmentación menos dorada y tiende más a ocre apagado", señala Eloy. "Su pulpa presenta un tono amarillo pálido y un sabor ligeramente ácido. Esta variedad es cada vez es más difícil de encontrar en el mercado porque ha perdido aceptación frente a la piña dulce".Respecto a esta última, "la más apreciada es la de Costa Rica, aunque también se cultiva en otros países como Brasil y México. Tiene una tonalidad más luminosa con un plantón considerablemente más grande que la piña africana, que, en ocasiones, supera al propio fruto. La pulpa es amarillo chillón, con una textura ligeramente fibrosa y extremadamente dulce".
Ganando adeptos entre los consumidores está, por último, la piña baby, una variedad diminuta que pesa entre 300 y 600 gramos (frente a los 2 kilos de las piñas de siempre). Eloy nos explica que se creó "a partir de injertos con la mismas propiedades que la común, pero potenciando el sabor y con una textura mas fina y suave. La más aromática proviene de Sudáfrica.
Del mercado a casa
Si tenemos la oportunidad de elegir la piña que vamos a comprar, nos decantaremos por una que sea uniforme, con un plantón verde y fresco y de tono dorado. Eloy añade que "si notamos zonas blandas o con golpes, y que, en la zona inferior, el corte del tallo está negro o moho", es mejor que descartemos la pieza. Hay un truco infalible: "para saber que está en su punto óptimo de maduración, basta con tirar suavemente de las hojas interiores de su plantón y, si éstas se desprenden con facilidad, es el momento de disfrutarla en su plenitud de sabor y textura".Una vez en casa, el modo adecuado de conservación es "dejarla en un lugar seco entre 10-13° C para piñas parcialmente maduras y 7-8° C para piñas maduras". Evita, por tanto, guardarla en la nevera. Otro truco es cubrirla con un paño; de este modo, impedimos la absorción de humedad, que es lo que más perjudica su correcta conservación.
Saludable y dietética
Presente en la mayoría de regímenes de adelgazamiento, la piña se ha ganado por derecho propio el honor de estar entre las frutas más ligeras y digestivas. Su alto contenido en agua la convierte en diurética y poco energética (sólo 50 kilocalorías por 100 gramos, a pesar de su dulce sabor) y los escasos hidratos de carbono con los que cuenta son de absorción rápida. También dispone de fibra, que, además de saciante, nos ayuda a regular el tránsito intestinal. En definitiva, se trata de un desintoxicante eficaz que nos sirve para acabar con el estreñimiento y la retención de líquidos.Además, incorpora minerales como el potasio (fundamental para el sistema nervioso y los músculos), manganeso (crecimiento, desarrollo de huesos y tejidos), cobre (para la hemoglobina y el sistema vascular) y yodo (regula la glándula tiroidea). Respecto a las vitaminas, la C es la que mayor presencia tiene. Constituye un potente antioxidante que lucha contra el envejecimiento celular y que, además, nos ayuda a una mejor absorción del hierro.
Por si esto fuera poco, la piña contiene bromelina, una enzima que favorece la digestión y metaboliza las proteínas. Es, en definitiva, un excelente postre para esos días en los que nos espera una gran comilona. Sin embargo, al activar los jugos gástricos, puede ser demasiado indigesta para personas que padezcan úlcera gastroduodenal.
Cómo disfrutar de su sabor
La forma más habitual de consumir piña es al natural o en conserva. En el primer caso, podemos pelarla de diferentes maneras: en rodajas o longitudinalmente, eso depende gustos. Lo que es importante es retirar la parte central más dura. Las conservas permiten degustarla con comodidad, ya pelada y cortada, lista para cualquier ocasión. Aunque mantiene sus propiedades nutricionales casi intactas, incorpora más calorías (por el azúcar del almíbar) y no es tan digestiva porque pierde la bromelina.Si queremos darle un toque especial a la hora de consumirla, podemos macerarla en zumo o licores (de manzana o melocotón), acompañarla con helado o nata montada (crema de leche), o elaborar una macedonia. En el apartado de postres es especialmente versátil: nos sirve de ingrediente para pudings, tartas, mousses y espumas, sorbetes...
Asimismo, la piña es excelente para platos salados: se puede incorporar a ensaladas, cócteles de marisco, brochetas o pizzas, donde es el ingrediente habitual de la pizza hawaiana. Armoniza perfectamente con los vegetales, pescados y mariscos y con muchas carnes, salvo las rojas. Tanto es así, que en la gastronomía oriental suele utilizarse para elaborar salsas agridulces con las que acompañar el pollo, el cerdo o el pato.
La variedad baby es perfecta para rellenar, platos salados o dulces. Cortando el plantón, a modo de caperuza, o bien longitudinalmente, una vez vaciada la pieza, podemos rellenarla con gran variedad de frutas (que aderezaremos con zumos, licores, cremas o helados) o bien elaborar un cóctel con verduras, hortalizas y mariscos, aliñado todo con salsa rosa o mayonesa. Éstas son algunas de las muchas posibilidades que ofrece. Tu imaginación te propondrá otras interesantes fórmulas para disfrutar de esta fruta tan saludable.
Recetas con piña:
Lomo con piñaZumo de mango y piña
Tarta de mandarina y piña
Piña rellena
Ensalada refrescante