Una de las recetas más solicitadas en los restaurantes chinos, sorpréndete con nuestra receta, rápida, fácil y riquísima!!!
Ingredientes:
2 Pechugas de pollo
Para la salsa:
2Tbsp azúcar
2Tbsp Vinagre arroz o de manzana
1 Limón pequeño en zumo
1 Cáscara de limón pequeño
1Tbsp Miel
1 Tbsp Maicena
1 Pizco sal
Para el adobo:
1 Huevo
1 Tbsp Sake o vino blanco
1 Diente ajo
1 Trozo jengibre
Pimienta negra al gusto
Sal al gusto
Rebozado1 Maicena
Rebozado2 Panko
Elaboración:
Empezaremos con la salsa, para ello pondremos en una cazo todos los ingredientes, la cantidad de limón va un poco al gusto, yo le pongo un limón entero porque me encanta, pero si la quieres más suave es cuestión de ponerle menos. Subiremos el fuego y cuando empiece a hervir pronto espesará, estar atentos, si os pasáis podéis añadir otra vez agua. Una vez esté lista reservar.
La pechuga de pollo la cortamos en tiras, ni muy gruesas, ni muy delgadas, las salpimentamos. Luego las pondremos en un bol para adobarlo con el huevo batido, el ajo y jengibre cortado a trozos muy pequeños y el sake, removemos bien todo para que se impregne todo bien y reservamos media hora.
Pasado el tiempo podemos elegir dos tipos diferentes de rebozado, uno con maicena que sin más tiraremos maicena de vez en vez a los trozos al pollo directamente en el bol, removiendo con las manos y separándolos, tiene que quedar un rebozado algo tosco.
El segundo rebozado es con panko, un "pan rallado" japonés con mucho volumen y muy crujiente.
Siempre antes de rebozar, remover bien el pollo para que se impregne todo.
Una vez rebozados hay que freírlos en abundante aceite de oliva suave, a una temperatura entre 170 y 180ºC. Escurrirlos bien al sacarlos y luego dejarlos reposar un rato en papel absorbente para que recoja algo del aceite.
Ahora colocar la salsa en pequeños cuencos y untar el trozo de pollo antes de comértelo. Es mejor así que tirar la salsa por encima porque al final la dejaría blanda y perdería el crocante.
Espero que os guste. Saludos!!!