Hoy os traemos en este post, una deliciosa receta de pollo, cocinado en salsa picante de almendras.
La salsa tiene un sabor suave y picante, que le aportará vuestro plato una manera diferente de cocinar el pollo.
Ingredientes
1 pollo troceado
1/2 cebolla
2 huevos cocidos
2 ajos(sin el germén)
4 rebanadas de pan del día anterior
Azafrán
15-almendras
250 ml de vino blanco
250 de caldo de pollo (podemos poner agua también pero mejor caldo)
2 guindillas picantes
Sal
Pimienta
Preparación
Primero, salpimentamos y doramos el pollo en una cazuela.
Cuando veamos que está dorado por todos los lados, lo retiraremos y lo reservaremos.
En el mismo aceite en el que hemos cocinado el pollo, pocharemos la cebolla y los ajos previamente picados.
En una sartén, con un poco de aceite, tostaremos las almendras, y las iremos removiendo para que no se quemen.
Después las retiraremos y en la misma sartén freiremos y tostaremos las rebanadas de pan.
Después, en un mortero, machacaremos las almendras que hemos tostado, junto con el pan tostado, las yemas de los huevos cocidos y las hebras de azafrán.
Este preparado, lo reservaremos en el mortero y lo añadiremos al guiso más adelante.
Cuando veamos que la cebolla ya está pochada y el ajo dorado, agregaremos el pollo, el majado y el vaso de vino.
Dejaremos que el vino se reduzca un poco y agregaremos el caldo de pollo, las guindillas y sal al gusto.
Cocinaremos todo a fuego lento, durante aproximadamente 30 minutos, siempre dependiendo del grosor de los trozos de pollo.
En el caso de que veamos que queda demasiado espeso, podemos añadir un poco de agua.
Después, lo podemos retirar del fuego y servir, aunque os aconsejamos que lo reservéis en la nevera, para el día siguiente, ya que así su sabor se hará más intenso, eso sí, antes de guardarlo, retirad las guindillas, ya que si no os gusta en exceso el picante, debéis retirarlas para que no quede excesivamente fuerte.
Esperamos que os haya gustado la receta y que la probéis. Es muy sencilla de realizar y nos permite incorporar otros sabores a nuestros platos.
Fuente: este post proviene de La maleta de Maggie, donde puedes consultar el contenido original.
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