Para llegar hasta el resultado final de esta receta, hubo un proceso de experimentación en el que los distintos pasos fallaron estrepitosamente. Para hacer los Bombones de Bloody Mary mi primera intención era inyectar el vodka dentro de los tomates con una jeringuilla.
Había leído en varios blogs que los preparaban así, pero en mi caso no lo conseguí. Los tomates siempre me reventaban al introducir el vodka, y si les ponía menos, el sabor no era el adecuado, apenas tenían gusto a bloody mary.
Entonces decidí hacerlos pelados y dejarlos infusionar en el vodka, pero me acordé de la sandía impregnada en sangría que había probado en el Tickets y pensé que podía ser una buena manera de hacerlo. Investigando por la red, me encontré con que alguien lo había pensado ya antes, nada más y nada menos que Joan Roca. Lo cual me alegró, porque sabía que era un plato triunfador, así que os explicaré como lo hice yo, que es muy parecido a la receta que he visto en Cocinatis.
Los ingredientes que necesitamos son:
12 tomates cherry: que sean maduros, que no estén muy duros.
Vodka: usar un vodka bueno, a mi me gusta el Absolut, pero que cada cual escoja su preferido.
Zumo de lima, sal, pimienta y tabasco.
Empezamos limpiando los tomates y haciéndoles un pequeño corte en la base para que sea más fácil pelarlos después. Los escaldamos unos segundos en agua hirviendo, sacándolos rápido para que no revienten, y los pelamos.
Preparamos una mezcla con el resto de los ingredientes: un par de chupitos de vodka, el zumo de media lima, un toque de sal y pimienta y un golpe de tabasco. Lo mezclamos todo bien y lo metemos, junto a los tomates, en una bolsa para hacer el vacío. Extraemos el aire, sellamos y lo guardamos en la nevera.
Tengo una máquina en casa para hacer el vacío que está pensada para congelar después los alimentos, pero que me sirve también para este tipo de experimentos, a pesar de que el vacío que consigue no es total. Por eso, empecé a preparar la receta la noche antes y, a la mañana siguiente, volví a repetir el proceso para que el vodka se impregnara bien dentro de los tomates.
Yo tenía una pequeña caja de bombones y allí fue donde serví los tomates, con un resultado bastante espectacular. Los aderezamos con un poco de sal, servimos y ¡a disfrutar!