Esta receta de caramelos de ajo negro y kimchi se sale un poco de la linea habitual, ya que requiere una serie de ingredientes que no solemos tener en casa. Por tanto, está pensada para ocasiones especiales, en que podamos dedicarnos a conseguir todos los ingredientes.
Eso si, la receta garantiza que vamos a sorprender a nuestros invitados, ya que les ofreceremos unos caramelos que se pueden comer con el papel, y con un sabor muy original.
Los ingredientes que necesitamos son:
50 gramos de ajo negro pelado: no es precisamente barato, yo lo compré en el Corte Inglés.
10 gramos de base de kimchi: se puede comprar en tiendas orientales, yo lo encontré en la sección gourmet del Corte Inglés.
10 hojas de obulato cuadrado: lo compré por Internet, no se si es fácil de encontrar en tiendas.
150 ml mirin
3 cucharadas de postre de miso blanco
0.2 g xantana
Mezclamos el ajo negro y la base de kimchi en un bol con un tenedor, hasta obtener una pasta suave. Con un par de cucharas, vamos haciendo quenelles de la pasta de unos 5 gramos y los colocamos sobre papel sulfurizado en una bandeja de horno. Con una espátula les damos forma cuadrada o más redondeada, como más nos guste.
Ponemos la bandeja en el horno a 70 grados durante 3 horas, para que se vayan deshidratando ligeramente. Les damos la vuelta y dejamos 1.5 horas más, para que se deshidraten por igual por todos lados. Guardamos los caramelos en un táper cerrado hasta la hora de servirlos.
Preparamos una salsa, mezclando el miso blanco con el mirin, removemos bien y añadimos la xantana para espesar ligeramente. Si es necesario, podamos usar la batidora para acabar de ligar la salsa.
Envolvemos los caramelos con las hojas de obulato y, con mucho cuidado, envolvemos con forma de caramelo. Servimos con la salsa en un bol aparte.
La idea es que cada uno coja un caramelo y lo unte en la salsa, comiéndolo rápidamente a continuación, antes de que se deshaga el obulato. Notaremos así la mezcla de sabores de este caramelo, con el sabor a regaliz del ajo negro, el ligero picante del kimchi y la untuosidad de la salsa de miso. ¡A disfrutar!