Amiguis cocinillas, hoy os traemos una receta culturalmente vegetariana, y decimos culturalmente, por que parece que si comes carne ya no puedes comer nada que sea del mundo vegano/vegetariano. MAL.
Hay que comer de todo chavales, y esta receta lo peta mucho. Abríos al mundo, a las comidas nuevas y ampliad paladar mente. Que barriga tenemos todos y hay que llenarla.
Para el Seitán:
1 taza y 3/4 de agua
1/4 de taza de salsa de soja
2 tazas de gluten de trigo
oregano
albahaca
sal
pimienta negra
sésamo
ajo en polvo
pimentón
Para el agua de cocción:
pimiento rojo y verde
salsa de soja
alga nori
dos pastillas de caldo de verduras
Todos las especias son al gusto del consumidor, nosotras os mostramos las que usamos más comúnmente. Podéis ponerle o quitarle lo que queráis (excepto el agua, el gluten de trigo y la salsa de soja, claro)
¡Empezamos!
Mezclaremos en un bol el agua y la salsa de soja y a continuación incorporaremos los elementos secos, todas las especias y semillas que queramos que lleve.
Al final, añadiremos las dos tazas de gluten de trigo
Amasamos con ganas la mezcla hasta tener una textura compacta. tendremos que amasar lo bien para que no nos quede una textura gomosa.
Con las cantidades que hemos usado, podemos preparar dos “lomos”. Podéis utilizar film transparente adecuado para cocción para la darle la forma deseada, salchichas, bollo, lomito…
Preparamos el agua de cocción, en una olla grande y añadimos los ingredientes, que nos proporcionarán más sabor a nuestro seitán.
Nosotras usamos pastillas de caldo de verduras, pero si coméis carne y queréis darle un toque podéis usar caldo de pollo o ternera.
Cuando hierva, introducimos nuestros “lomos” de seitán y a fuego alto lo dejamos cocer durante unos 40 minutos, dependiento del tamaño de nuestros lomitos.
Y….. ¡Tachán! Habemus dos lomacos de seitán del bueno.
Y ¿que podéis hacer con seitán? Pues de todo lo que se os ocurra, filetes en salsa, empanados, rebozados, guisados, en taquitos, en tiras…
Prometemos traer recetitas con seitán ahora que ya sabéis como hacerlo.
Ah, y por supuesto, ¡se puede congelar!