Esta tarta Red Velvet también es conocida con el nombre de pastel de terciopelo rojo. Como bien dice el nombre, se trata de un pastel de color rojo oscuro con sabor a vainilla y cubierto con glaseado blanco. Yo no he hecho el glaseado porqué al hacerlo en un molde normal, quise decorrarlo con azúcar glass en forma de corazón. Leyendo esto diréis… ¿pero qué dice? No os impacientéis, todo tiene una explicación y más adelante, ya veréis como sabéis a lo que refiero.
Lo que os contaba, que en las fechas en las que estamos, este fin de semana no tuve manera de encontrar un molde en forma de corazón… no es que me volviese loca buscando (no soy de corazones) pero parece ser que a todo el mundo le ha dado por cocinar algo para el día de San Valentín y no había nada por ninguna tienda.
En fin, como yo soy mucho de pensar se me ocurrió una idea: dibujé un corazón en un folio, lo corté (se quedó el hueco de la forma del corazón en la hoja) y puse el folio, con el corazón vacío, sobre la tarta. Entonces, puse en un colador azúcar glass y espolvoreé el folio, así cuándo lo quité, se quedó el corazón blanco del azúcar, gualá!!! Contrasta estupendamente con el rojo intenso de la tarta. Lo puedes hacer en medio de la tarta pero también queda muy personalizado si lo pones en los trocitos indivuales, ¿qué os parece la ideación que hice?, genial, ¿verdad?.
La receta de la tarta Red Velvet la saqué del blog Corazón de Caramelo dónde Bea hace una tartas riquísimas y muy bien explicadas, paso por paso. Mis fotografías no son como las suyas (ya quisiera!) pero os aseguro que el pastel de terciopelo rojo me ha quedado igual de bueno (o eso creo, jejeje): tiene una textura difícil de describir y aunque parece que por ser una tarta roja no vaya a atraer, te aseguro que una vez sale del horno, ¡te dan ganas de tirarte encima de ella!. Además, cuando se está haciendo cociendo, desprende un aroma por toda la casa que estás deseosa sacarla del horno.
Como ya os he contado, no tenía ningún molde de corazón para tartas, y tampoco encontré, pese a que estuve en Casa y cargué con un millón de cosas (menos el molde que iba a buscar). De piedra me quedé cuando la chica me dijo la cantidad total de la compra… yo pensando que llevaba poco pero claro, todo lo que veía lo iba echando a la cesta, lo quería comprar todo… En fin! Que no pasa nada, me fui bien contenta con mis dos bolsas cargadas de muchas cositas para cocinar y decorar.
Pero mi odisea todavía no ha terminado no… A parte del molde tenía que buscar y comprar (esto sí que era sí o sí) colorante en gel rojo y aroma de vainilla que se me había terminado. La tarta Red Velvet se llama red (rojo) por algo, asi que, ¡el colorante rojo lo tenía que encontrar!. Por suerte, me acordé que hace un tiempo abrieron cerca de mi casa una tienda especializada de repostería y allí que me fui a comprar el tinte en gel rojo. He de confesaros que entré en la tienda cruzando los dedos ya que si no llegan a tener, no se me ocurría ninguna otra tienda cercana y en Internet, ya iba justita de tiempo por la semana que queda hasta el día de San Valentín… Como hace tiempo probé los colorantes en gel de Wilton, éste es el que me quería comprar, no otra marca, y éste fue el que me compré, ¡por fin lo tenía en mi poder! También compré allí mismo la esencia de vainilla, esta vez en pasta, para probar una textura diferente al que siempre había gastado, el de polvo.
Ingredientes de la Red Velvet
350 gr. de harina
250 gr. de azúcar
Una pizca de sal
1 cucharadita de café de bicarbonato sódico
10 gotas de esencia de vainilla en pasta
40 gr. de cacao en polvo Valor
2 huevos grandes
240 ml. de aceite de girasol
250 ml de buttermilk (hay a la venta aunque yo la preparé casera)
2 cucharadas de café de colorante rojo en gel
Un chorrito de vinagre blanco
Pasos para hacer la tarta Red Velvet
1. En un bol mezclamos los ingredientes líquidos: el aceite de girasol, el colorante rojo, el vinagre, el buttermilk, los huevos y las 10 gotas de la vainilla en pasta. Con una barillas, batimos a velocidad media durante aproximadamente un minuto. Una vez lo tengamos todo mezclamos, lo dejamos reposar.
2. Mientras tanto, tamizamos los ingredientes secos en un bol: la harina, el bicarbonato sódico, el azúcar, el cacao en polvo y la pizca de sal. Por cierto, he de decir que en la mega comprar que hice, me compré un tamizador… ¡Muy recomendable y es económico!.
3. En el bol donde tenemos los ingredientes líquidos, volvemos a batir pero esta vez a velocidad mínima y vamos añadiendo los ingredientes secos poco a poco sin dejar de batir. Cuando esté todo bien mezclado, dejamos de batir. Veréis por las fotografías que he cambiado de varillas a la hora de mezclar los diferentes ingredientes, ésto es porqué prefiero las circulares para batir ingredientes líquidos y para los secos, me gusta más las otra varillas porque mezcla mejor los ingredientes secos, cuando la masa es más compacta. Decir que así a simple vista no entra mucho por los ojos esta mezcla roja… más bien parece sangre, sé que lo estaréis pensando ya que a mi también me ocurrió…
5. Precalentamos el horno a 175ºC.
4. Ahora tenemos que engrasar el molde de la tarta con mantequilla. Ten en cuenta que debe ser un molde de mínimo 18 cm. para que cuando crezca, lo haga bien y quede también esponjoso.
5. Volcar la masa en el recipiente y hornear 45 minutos o hasta que el palito que pinchéis (o cuchillo) salga seco.
6. Dejamos reposar en el molde sobre una rejilla 10 minutos y desmoldamos. Una vez desmoldado, lo dejaremos enfriar igualmente sobre la rejilla hasta que esté listo para comer.
Venga, ahora tenéis toda la semana por delante para comprar los ingredientes y prepara esta tarta Red Velvet y si para el día de San Valentín no te da tiempo, no te preocupes, guardate la receta para el día de vuestro aniversario que seguro, le vas a sorprender! Espero que os haya gustado, la compartáis y comentéis, no os olvidéis que también nos podéis encontrar por la redes sociales, para que no os perdáis nada de lo que cocinamos. ¡Hasta la próxima!.
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