Hoy vamos a comenzar la semana con algo típico de aquí, las regañás, que son una especie de picos planos y duros. Acompañando un paté o solas, son un vicio, como las pipas, y si, son un poquito de pecado mortal....
Hay muchas versiones, unas son muy finas y otras más gruesas, como estas que os presento. Para acompañar un tapeo vienen genial.
También las hay que llevan ajonjolí y otras no llevan nada, a mí el toque del sésamo es que me encanta, así que se lo he puesto. Supongo que habrá infinidad de recetas, yo os pongo esta que en casa ha encantado.
Los orígenes del nombre según he podido ver por varios sitios, es de la época en la que los conquistadores pasaban mucho tiempo de travesía, y necesitaban alimentos que fuesen resistentes a la humedad y no cogiesen moho. Y había veces que eran tan duras que las comían a "regañadientes", de ahí el nombre....
Y como "regañada" suena muy "finolis" aquí se venden ya con el nombre de regañá.
Ea, pues ya podéis acostaros, que ya habéis aprendido algo nuevo.... Así que dicho lo dicho, os cuento mi receta.
Ingredientes:
200 gr de harina normal
35 ml de agua
25 ml de vino blanco (yo le he puesto Fino)
1/2 cucharita de sal
50 gr de aceite de oliva virgen extra
1 cucharita de sésamo o ajonjolí
1. - Encendemos el horno a 180º
2. - Ponemos todos los ingredientes en un bol y amasamos bien duerante unos 3 o 5 minutos y hacemos una bola. Esta parte la hice en la termomil, que hay que darle uso....
3. - La extendemos con un rodillo intentando hacer un rectángulo, aquí cada cual que la deje del ancho que prefiera, a mí me gustan gorditas.
4. - Cortamos la masa en tiras de 2 o 3 cn de ancho, yo tampoco lo mido, eso es a ojo. Y luego la cortamos del largo deseado, unos 5 cm aproximadamente.
5. - Colocamos en una fuente de horno con papel y horneamos unos 20 25 minutos, dependiendo del grosor. si no queréis que se inflen, podéis pincharlas con un tenedor.
Y están listas para comer!!!!!
Están riquísimas!!!!!!
Crujientes y sabrosas, una delicia!!!!
Espero que os haya gustado!!!!