Vista desde donde cenamos
Ya había ganas de visitar este restaurante que por su ubicación y marco incomparable es difícil de superar en León, con la vista de la Catedral. Teníamos puesto mucha confianza en este local ya que por su entorno y su comida ha cogido bastante buena imagen en la ciudad, teniendo reportajes en muchas revistas de viajes y gastronomía, siendo este el niño pequeño del Nimú el cual el otro se encuentra en Madrid.
No sabíamos qué pedir, aunque teníamos claro ir de raciones, pero platos diferentes a lo que estamos acostumbrados, así que nos dejamos un poco aconsejar por la camarera la cual nos dio su modesta opinión de varios, los cuales a su vez fueron los que cogimos.
Para empezar Burrata sobre tartar de tomate, guacamole y granada, este queso muy parecido al de mozzarella, sin mucho sabor pero con lo que acompañaba había un contraste, estaba fresco y como primera ración nos pareció correcta.
Burrata sobre tartar de tomate, guacamole y granada
Seguimos con niguiris de huevo frito de codorniz y trufa, este plato se componía de tres niguiris para cada uno como dice en la descripción, con un huevo de codorniz en cada uno y con la peculiaridad que tenias como una inyección de soja la cual inyectabas en el arroz y comías de bocado, era curioso aunque no novedoso.
Niguiris con huevo frito de codorniz y trufa
Niguiri con huevo frito de codorniz y trufa
Seguimos con foie casero con manzana caramelizada, esta ración ya de primeras estéticamente no esta nada elaborada y a simple vista no ayuda a comerla, acompañado para untar de pan blanco un poco tostado, lo que nos dimos cuenta rápido es que la manzana caramelizada se lleva por delante al foie, y al final te da más la sensación de ser un dulce de manzana que foie, tuvimos la oportunidad de darle nuestra opinión al cocinero el cual muy amablemente se personó por todas las mesas, cosa que agrada a la persona que viene a cenar.
Foie casero con manzana caramelizada
Para finalizar las cuatro raciones nos apetecía probar patitas de bogavante fritas con alioli de ajo negro, esta fue la única ración que elegimos nosotros ya que las demás las dejamos un poco en confianza de la camarera, y la verdad fue muy simplona sin nada de especial, tal cual como indica el título, patitas de bogavante frita con alioli, mala no estaba pero para mi gusto este plato no es apto para este sitio.
Patitas de bogavante fritas con alioli
Para finalizar pedimos dos postres coulant de Ferrero rocher con helado de cookie, increíble lo rico que estaba, una pasada. Yo pedí la pecera de Miguel, este postre es imposible describir lo que sientes cuando mezclas cítricos con chocolate en boca, te da una sensación buenísima, un postre diferente tanto estéticamente como de sabor a lo que uno está acostumbrado.
Coulant de Ferrero rocher y la pecera de Miguel
En definitiva un restaurante que lo tiene todo, un sitio increíble, en el centro de León y con un plantel de camareros y maître de calidad, para nuestro gusto tiene que elevar un poco el diseño y novedad de sus raciones, aunque no se puede decir que las raciones sean caras y se aprecia que trabaja con muy buen producto, pero creo que tiene todas las posibilidades para estar un poco trabajada cada ración para al menos sorprender un poco más al cliente.
En lo que respecta a los postres me parecieron excepcionales tanto de sabor como novedoso, también destacar la gran amabilidad del jefe de sala y de la camarera en todo momento preocupados en que todo estuviera correcto y disfrutáramos de la ocasión, además de tener un par de detalles con nosotros dignos de agradecer.
Esperamos volver a ese cambio de carta que nos indico su chef y a probar las carnes que por lo que vimos tenían muy buena pinta.
http://www.nimuazotea.com/