Esta receta me entusiasma desde la primera vez que la probé. En una comida familiar, Sofi, una mujer encantadora y asturiana de pro, nos preparó este plato. Recuerdo que todo el mundo se frotaba las manos pensando en él mientras yo, que era la nueva, esperaba curiosa.
Pero cuando lo probé entendí el porqué de tanta expectación. Es un plato delicioso con un sabor muy delicado y además es perfecto para cualquier celebración ya que nos va a dejar quedar estupendamente sin mucho esfuerzo, lo que también es de agradecer en estas fechas.
Hoy lo comparto con vosotros porque la autora muy amablemente me dio la receta. Espero que os guste tanto como a mí y que os animéis a disfrutarlo con vuestra familia o amigos.
¿Qué necesito?
1/2 kg de bonito fresco
2 pimientos del piquillo
1 huevo cocido
6 aceitunas
4 lonchas de jamón serrano
4 lonchas de bacon
Perejil
1 huevo crudo
Un poco de pan rallado
Harina
Aceite de oliva
1/2 pimiento rojo
1 cebolla mediana
1 vaso de vino blanco
Agua
Sal
Pimienta
Para acompañar:
Patatas pequeñas
1 cucharada de mantequilla
¿Cómo lo hago?
Antes de nada, cocemos el huevo. Mientras tanto, troceamos el atún, los pimientos del piquillo, las aceitunas, el jamón el bacon, el perejil. Ponemos todo en el vaso de la picadora y, cuando el huevo esté cocido, lo troceamos y lo añadimos al resto de los ingredientes.
Picamos todo bien, asegurándonos de que no quede ningún trozo de atún entero.
En un bol, batimos un huevo, añadimos el pescado, salpimentamos (no pongáis mucha sal ya que las aceitunas, el jamón y el bacon ya van a salar la mezcla) y mezclamos todo bien.
Ahora vamos a ir añadiendo poco a poco el pan rallado y revolviendo hasta que tengamos una masa que sea fácil de moldear (ojo, no os paséis, que no debe quedar seco).
Cuando la masa tenga la textura deseada, vamos a formar los rollos. Aquí tenemos dos opciones: o dividimos la masa y vamos formando bolas grandes con las manos para después, siempre con las manos, darles forma de rollos (así es como lo hemos hecho nosotras) o bien podéis hacer una bola con toda la masa y después, en una superficie enharinada, ir girándola y estirándola para obtener un rollo grande.
Cuando tengamos formado el rollo o rollos, los rebozamos en harina y los freímos ligeramente por todas partes en una sartén con aceite de oliva. El objetivo de este paso no es freír los rollos sino que la superficie se endurezca un poco para que después al cocerlos en la salsa no se nos deshagan.
Una vez estén doraditos, los retiramos y reservamos.
Ahora vamos a preparar la salsa. Picamos el medio pimiento rojo y la cebolla en trozos (el tamaño de los trozos no es importante porque después vamos a batir la salsa).
Por otro lado, en una tartera, ponemos un poco de aceite de oliva y añadimos el pimiento y la cebolla picados, sofreímos a fuego medio durante unos minutos. Cuando la cebolla ya esté blanda, añadimos 1 vaso de vino blanco, subimos el fuego y dejamos que se evapore el alcohol. Cuando ya no huela a vino, introducimos en la tartera los rollos de atún y añadimos un poco de agua (hasta que el líquido cubra los rollos más o menos hasta la mitad). Tapamos y dejamos que se cuezan durante unos 15 minutos (a mitad de cocción les daremos la vuelta).
Cuando estén listos, los retiramos de la salsa y dejamos que se enfríen para, una vez fríos, cortarlos en rodajas.
En el momento de servirlos, calentamos la salsa y la batimos.
Presentamos el plato con la salsa caliente bañando el rollo cortado o bien con la salsa aparte, en una salsera, para que cada uno se sirva la que le apetezca. Si sois más frioleros, podéis también volver a poner las rodajas y la salsa ya batida en la tartera y calentar todo junto antes de servir.
Nosotras hemos acompañado el plato de unas patatas cocidas y después pasadas por la sartén con un poco de mantequilla pero también queda perfecto con un poco de arroz en blanco.