¿Cómo habéis pasado el fin de semana amigos? Parece que quedan muy lejos los fines de semana de los lunes, y cuando llegan se pasan en un pis pas...
Pero bueno...así es la vida, se pasa todo volando, así que a vivir la vida a tope, que son dos días.
Hoy, para alegrados el día, os traigo un dulcito bueno buenísimo.
Un clásico. Una receta que a mi me gusta mucho, puesto que queda exacta y riquísima.
Vamos a endulzarnos la vida un poco, que nunca viene mal.
Os traigo unas rosquillas de anís, la receta clásica de toda la vida, fácil y mucho mejor que las que podemos comprar en supermercados y pastelerías.
Como siempre digo, no existe nada mejor que lo que uno cocina en casa.
Vamos alla con la receta. Espero que os guste.
Rosquillas de anís clásicas.
Ingredientes :
- 3 Huevos Gorrotxategi
- 50 ml de licor de anis
- 50 ml de leche
- 50 gr de mantequilla
- 100 gr de azúcar
- 500-600 gr de harina de trigo
- ralladura de un limón
- un sobre de levadura
- aceite de girasol
Pasos a seguir :
El primer paso sera poner en un bol los 3 huevos y batirlos.
A continuación añadiremos los 50 gr de mantequilla en punto pomada.
Batimos bien, y cuando este bien mezclado añadiremos el azúcar y la ralladura de un limón.
Una vez listo, añadimos la leche y el licor de anis.
Ahora, pondremos en un plato la harina con el sobre de levadura, todo bien mezclado, para después ir añadiéndolo poco a poco a la mezcla.
Vamos uniendo primero con las varillas, y después con las manos, hasta que consigamos una masa que no se nos pegue a la encimera ni a las manos. La amasaremos bien.
Cuando la tengamos lista, haremos una bola, la cual meteremos a un bol, y tras taparla con un trapo, la dejaremos reposando durante 40 minutos en un lugar cálido.
Pasado ese tiempo, sacaremos la masa del bol, amasaremos nuevamente y empezaremos con las rosquillas.
Para darles forma, nos untaremos las manos con un poco de aceite de girasol para que no se nos pegue la masa ni a las manos, ni a la encimera.
Dos maneras de darles la forma es, o bien haciendo un churro y uniendo sus extremos...
O haciendo una bola y haciendo un agujero en el centro con los dedos.
Una vez tengamos todas las rosquillas hechas, pondremos en un cazo, abundante aceite de girasol a fuego medio.
Cuando este caliente, iremos añadiéndolas para freír, no demasiadas a la vez para controlarlas bien y que no se quemen.
Siempre a fuego medio, para que se nos cocinen por dentro.
Cuando estén doraditas las sacaremos a una bandeja con papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
Una vez listas, las dejaremos enfriar.
Cuando estén frias ya las tendremos listas para servir. Con un vaso de leche, incluso solas...mmm que ricas...este es el resultado.
¿Bueno que os parecen?
Están impresionantes, y no lleva demasiado tiempo prepararlas. Desde mi punto de vista merece mucho la pena.
Lo único malo, es que para cuando te quieres dar cuenta, ya no queda ninguna!!! Están tan ricas, que cada vez que alguien se arrima al bote, se comen una...o dos...pero bueno, para eso son.
Y ami me encanta que a los de casa les gusten.
Así que nada, os dejo con esta dulce receta, que yo me voy a disfrutar de mi día libre.
Os deseo un feliz comienzo de semana a todos y todas. A empezar el mes de junio con alegría!!!!
Mil besos dulces, nos vemos pronto.
Buen provecho!!
" No busques hacer cocina de vanguardia para salir en una revista. Cocina para ser feliz y ya vendrán los críticos"
Ferrán Adriá
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