No por simple, exquisito. El Salmorejo Cordobés, o la Porra Antequerana, me gusta más que el gazpacho. A mí me dá la sensación que el verano no es verano del todo sin este plato, que en definitiva no es más que un pan con tomate y jamón, en una visión diferente, tan nuestro y tan enraizado en la cultura Mediterránea.
En cada casa hay una manera de hacerlo, esta es la versión de mi familia y para mí es fundamental que no haya rastro de pieles o pepitas, por eso digo lo de colarlo a la mitad de la receta para aquellos que no lo hagais en la Thermomix. Tanto el gazpacho como el salmorejo cambia completamente si el resultado es limpio, sin residuos, que lo único que harían sería estropear el resultado final.
La cantidad de ajo y vinagre va en gustos, a mí no me gusta excesivamente fuerte para que sobresalga el sabor de unos buenos tomates maduros.
Ingredientes: Para 4 personas
1 kg. de tomates muy rojos (mejor tipo pera)
1 diente de ajo grande, pelado
1 barrita de pan (solo la miga)
50 ml. de aceite de oliva virgen
1 cucharada rasa de sal
1 chorrito de vinagre
1 huevo duro picado
1 lata de atún en aceite
taquitos de jamón serrano
Elaboración:
Cortamos los tomates por la mitad y los estrujamos un poco para quitarles el líquido y las pepitas, Los echamos en el vaso de la Thermomix (o en el vaso de la batidora que tengas) con el ajo.
Lo trituramos todo bién en velocidad 4 y 8, y algunos segundos en velocidad 10. Hasta que el tomate sea una pasta.
Si tienes la Thermomix no te hará falta colarlo porque lo tritura todo, pero si no tienes la Thermomix, mi consejo es que en este punto cueles este zumo de tomate espeso por un colador de malla para eliminar todo resto de pieles y vuelves a ponerlo en el vaso de la batidora.
Añadir al vaso de la batidora la miga de pan, el vinagre y la sal. Trituramos todo en velocidad 8 durante un par de minutos.
Incorporamos el aceite y damos 3-4 golpes de turbo. En una batidora convencional, equivale a darle unos segundos en velocidad máxima de forma intermitente, para que se mezcle el aceite.
Servir frio, en cuencos o platos, con el jamón, el huevo duro y el atún picados por encima. Y un hilillo de aceite.