Las lentejas son legumbres que se cultivan desde muy antiguo, se han encontrado vestigios de su cultivo desde el Neolítico. Parece ser que proceden de la zona de Turquía y Siria, y rápidamente se extendieron por toda la cuenca del Mediterráneo, siendo su consumo muy popular entre los griegos y los romanos.
Hasta tal punto eran populares en la época de los romanos, que eran consideradas como portadoras de la prosperidad y se llevaban en una bolsita de cuero, a modo de monedero. Incluso hoy en día, todavía es tradicional en Italia cenar un plato de lentejas en Nochevieja, con el mismo propósito con el que nosotros nos tomamos las uvas a medianoche.
Aquí sin embargo, a partir de la Edad Media, fué considerado un plato de pobres. Quizás por su bajo costo y porque también se utilizaban para alimentar al ganado. Quizás porque la clase pudiente era la única que podía tomar carne de una manera habitual.
A día de hoy, todos sabemos ya las cualidades alimenticias que poseen las lentejas. Es una proteína de primera calidad, que puede llegar a sustuir a la de la carne. Rica en hierro, fibra, zinc, minerales ..... y que están riquísimas con poco que le eches a la cazuela.
Esta receta que comparto aquí es la receta que solía hacer mi madre, como las hemos comido en casa durante muchos años. A excepción del jengibre, que era un auténtico desconocido en nuestros lares.
Yo le he añadido un trocito porque ya he cogido la costumbre de añadirlo al mismo tiempo que añado el ajo, y lo uso de forma contínua en muchos platos. Lógicamente, no es un ingrediente imprescindible en esta receta.
Metidos ya en pleno otoño, apetecen estos platos de cuchara. Es lo que nos pide el cuerpo.
Además, podemos llevar nuestra ración a la oficina en un táper e incluso separar raciones y congelar sin ningún problema.
Ingredientes:
400 gr. de lentejas pardinas
1 cebolla
2 ajos
1 zanahoria
1 pastilla de caldo de pollo
1 hoja de laurel
50 gr. de arroz (opcional)
100 gr. de chorizo
100 gr. de morcilla (de Burgos)
jengibre pelado, un trocito (opcional)
nuez moscada
Preparación:
Picamos la cebolla, los ajos, el jengibre y la zanahoria y lo ponemos todo junto a pochar con un poco de aceite en una cacerola, durante unos 5 minutos.
Las lentejas pardinas no hay que dejarlas en remojo, es suficiente con lavarlas un poco debajo del grifo.
Añadimos las lentejas a la cacerola y agua suficiente para cubrirlas generosamente, como 1 litro. Agregamos también la pastilla de caldo de pollo, la nuez moscada, la hoja de laurel, el chorizo cortado a rodajas y un poco de sal. Tapamos y dejamos cocer a fuego bajo durante 30 minutos.
Pasados los 30 minutos, echamos la morcilla cortada a trozos y el arroz (si las prefieres así). Lo probamos y rectificamos de sal si fuera necesario.
Tapamos y dejamos cocer a fuego bajo durante 25 minutos más. Si ves que quedan muy espesas, puedes agregarles un poco más de agua.