No es ninguna novedad si os hablo de los horrores que me cuesta comer fruta. Siempre digo lo mismo: "me gusta, pero no encuentro el momento oportuno". De hecho, en el blog encontraréis varias recetas en las que, a conciencia, he incorporado alguna pieza de fruta con el firme propósito de integrarla en mi dieta diaria. Las manzanas, dentro de las ensaladas; la piña y la sandía, como picoteo antes de la comida; las peras, como ingrediente principal de una tarta salada; o el plátano, dentro de unos saludables muffins para el desayuno son algunas de las soluciones que he ido sumando a mi alimentación. Un listado que hoy engroso tras haber elaborado mi primera receta de smoothie vegetal y haber resultado la mar de satisfactoria.
Hace ya tiempo que había probado los zumos vegetales, y me habían gustado mucho. En principio, reconozco que me chocaba la idea de mezclar en un mismo bebedizo frutas y verduras crudas. Pero, ya que estaban tan de moda, me animé a probarlos, y para mi sorpresa me hice bastante fan de ellos. Me parecía una manera extraordinaria y, al mismo tiempo, muy cómoda y sencilla (por supuesto, rica) de ingerir frutas y verduras con buena parte de sus propiedades. Confieso que no los hacía de forma casera. Los compraba en el supermercado. Y estaban bastante bien. Se convirtieron en una solución para mi pereza para comer fruta. Mejor eso que nada, ¿no creéis?
Pero la idea de elaborarlos yo misma, con mi batidora, con frutas y verduras frescas, no dejaba de rondar en mi cabeza. Cada vez que abría una botellita de estos zumos, se me venía a la mente una reflexión: "Elena, ¿qué te cuesta hacer estos batidos tú misma? Además de que estarán más buenos, serán más naturales, saludables y contendrán todo lo mejor de frutas y verduras".
Así que, cuando recibí, por cortesía de Aneto Natural un lote de sus Caldos Funcionales, y uno de ellos era su Caldo Natural de Zanahoria Ecológica, no lo dudé. Supe de inmediato que su destino sería el de servir de base para mi primera receta de un smoothie vegetal. Un zumito bien fresco, ligero, sin azúcar añadido, ideal para combatir el calor horroroso del verano, que nos hidrata y a la vez nos alimenta. Un smoothie de zanahoria que he elaborado basándome (tratándose de mí, no podía ser de otra forma) en el sabor de la tarta de zanahoria. Para aportarle dulzor, una manzana Golden y cuatro dátiles y, para incorporarle el toque especiado, canela y jengibre. No necesita más, de verdad. Con estos pocos ingredientes, el Caldo Natural de Zanahoria Ecológica Aneto Natural y un robot que triture bien, tendréis un batido refrescante, súper completo, saludabilísimo y delicioso.
Probadlo, por favor. Veréis qué rica está esta combinación de sabores. Confiad en mí.
Smoothie especiado de zanahoria y manzana:
INGREDIENTES (para 3 vasos)
600mL de Caldo Natural de Zanahoria Ecológica Aneto Natural
1 manzana Golden
4 dátiles, deshuesados
1 cucharadita de canela molida
1/4 de cucharadita de jengibre en polvo
PREPARACIÓN
El día anterior, congelamos en cubitos 500mL del caldo de zanahoria.
Al día siguiente, añadimos a un procesador de alimentos o un robot como la Thermomix los cubitos de caldo. Lavamos la manzana, la descorazonamos, la troceamos (con la piel) y la añadimos. Agregamos los dátiles y las especias. Por último, vertemos los 100mL de caldo restantes. Trituramos todo a la máxima potencia hasta obtener una especie de granizado.
Retiramos a una jarra o lo servimos en los vasitos, y lo conservamos en la nevera. Observaréis que recién hecho tendrá una textura similar a la de un granizado, pero a medida que vaya descongelándose, irá adquiriendo la textura deseada. Yo lo dejo hecho prontito por la mañana, lo meto en la nevera y, para cuando llego a casa, a las tres o cuatro de la tarde, tiene una textura ideal. Incluso, al día siguiente, estará buenísimo. Espero que os haya gustado y, como siempre, ¡¡un besazo!! ;)