La receta que os contamos hoy tiene su origen en nuestra carnicería de cabecera, cuando después de pedir un solomillo de cerdo, la carnicera nos preguntó: “¿cómo lo vais a preparar?”. Como no lo sabíamos, nos recomendó la receta que os contaremos hoy: “Solomillo de cerdo al horno con miel y mostaza”.
Para dos raciones necesitaremos los siguientes ingredientes:
1 Solomillo de cerdo (si es ibérico mucho mejor)
100 ml de caldo de carne, pollo o agua
1 Patata grande (o 2 pequeñas)
1 cucharilla de café de miel
1 cucharada de mostaza
Sal
Pimienta
Lo primero que haremos será preparar las patatas, para ello, las pelaremos bien y las cortaremos a ruedas de algo menos de un centímetro de grosor. Cuando las tengamos cortadas, pondremos una sartén al fuego con un chorro generoso de aceite. Cuando esté caliente, bajaremos el fuego a la mitad y podremos las patatas cocinándolas durante unos tres minutos por cada lado.
Mientras se cocinan las patatas pondremos a calentar el horno a 180 grados. Una vez cocinadas, las pondremos en la base de una fuente apta para el horno. Seguidamente, cogeremos un bol pequeño y en él añadiremos la miel, la mostaza, una pizca de sal, un poco de pimienta molida y mezclaremos bien para integrarlo todo. Cuando todos los ingredientes estén integrados, untaremos bien el solomillo con la mezcla y lo pondremos en la fuente sobre las patatas.
Con el horno ya caliente, pondremos la fuente a media altura y lo cocinaremos durante unos 30 minutos (35 si lo queréis más hecho). A continuación, en el bol donde hemos preparado la mezcla de miel y mostaza pondremos el caldo/agua y diluiremos bien los restos de la mezcla. Pasados unos 5 minutos de cocción, regaremos el solomillo con el contenido del bol.
Pasado el tiempo de cocción sacaremos el solomillo del horno, lo cortaremos más o menos en 10 trozos (cada centímetro y medio más o menos) y montaremos el plato, con las patatas de base, y el solomillo sobre ellas, tal que así:
Solomillo de cerdo al horno con miel y mostaza
Ya veis, una receta sencilla, al alcance de todos y, además, sabrosísima con la que, sin lugar a dudas, triunfareis.
¿Os apuntáis a probarla?
¡Buen provecho!