Aunque siento mi espíritu joven, de vez en cuando la vida se encarga de recordarme que soy de un siglo pasado. Jugaba en la calle en columpios oxidados, ayudaba a mi madre a enviar los télex, mi televisión era en blanco y negro; por supuesto ese teléfono con cable en espiral lo compartía con los otros 8 miembros de mi familia.
Y para escuchar música vivía pegada a la radio, esperando que pusieran nuestra canción favorita para grabarla en un cassette, rezando para que el locutor no nos la fastidiase demasiado. Así que mostrando un simple cassette podemos saber la edad de una persona, saber si se perdió la fantástica música de los ochenta o por el contrario, se trata de un viejales como nosotros.
A mis hijas les tuve que explicar qué es un cassette, pero no a mi querido blogger musical Sr. Helvética, al que regalé estas galletas hechas con tanto cariño. Porque estas son algunas de sus cintas, sus debilidades y obsesiones allá por 1986/87. Faltan muchas –Queen, imperdonable- pero a estas de aquí les dio vueltas y más vueltas hasta que todos nos aprendimos las letras, aunque fuese en inglés inventado.
La idea de hacer galletas cassette ochenteras me la dio Inmaladulce, una amiga de Facebook que hace un red velvet con una pinta espectacular. Me propuse hacerlas sencillas pero quería que quedasen bien, así que me esforcé al máximo con la masa para obtener galletas bien rectangulares. Como a pesar de todo salieron bastante imperfectas, tuve que aplicarles el truco que descubrí hace poco para lograr galletas de bordes muy rectos: puedes verlo buceando en mi instagram o directamente .
Busqué por internet imágenes de varias cassettes e hice una planificación de los modelos que iba a galletizar. Con ayuda de una reglita y un lápiz fui trazando las líneas principales sobre cada una de las galletas, esta en realidad fue la parte más laboriosa de estas cookies.
Preparé icing en colores blanco, beige, gris, marrón y negro, y comencé a decorar poco a poco, dejando secar cada parte bien para que no se mezclasen.
Las zonas de color decidí hacerlas con rotuladores, aunque perfectamente podría haber ulizado icing en más colores, pero en esta ocasión me apetecía variar.
Y lo más importante: hice una buena selección musical. C.C. Catch, Modern Talking, Bananarama, Mecano… sin olvidar ese fantástico recopilatorio llamado No apta para románticos, que comenzaba con el Yolanda de Pablo Milanés.
Lamentablemente, Max Mix 3 sufrió un percance y se le salió la cinta…
¡Menos mal que también era comestible! La hice con papel de oblea coloreado siguiendo estos sencillos pasos:
Como todos los de mi quinta saben, las cintas se podían arreglar metiendo un bolígrafo para volver a enrollarla, así que afortunadamente todo quedó en un susto y pudimos seguir escuchando esos temazos remezclados que tanto nos gustaban.
Siempre digo que me lo paso bien decorando galletas, pero en este caso directamente me lo pasé en grande. Creo que quedaron bastante apañadas y que al Sr. Helvética le gustaron. Las galletas y la poca vergüenza de hacerme estas fotos con tupé y un polo rosa mangado a mi marido.
No dejéis de visitar el blog musical thesongswelove, quién sabe si dentro de 30 años no estaremos haciendo galletas de esas canciones que ahora escuchamos en modo bucle. ¡Feliz cumpleaños, Sr. Helvética! ¡Por muchos años más de música!