Como veis el otoño me ha absorbido por competo en cuanto a la temática de las ultimas recetas. Empecé con el Flan en calabaza y la cosa ha seguido en e mismo ritmo. Con la receta de hoy participo en el Reto de Otoño 2014 de Cocineros del Mundo en Google+ en el apartado de dulce.
Es una tarta fácil y muy, muy resultona y con auténtica esencia otoñal tanto en colores como en sabor. Os dejo con la receta
Ingredientes:
Para la masa quebrada dulce:
250ml de harina común
80g de azúcar
75gr de mantequilla
30ml de leche
1 yema de huevo
Para el relleno y el decorado:
un puñado de uvas pasas
un puñado de nueces
una nuez de mantequilla
calabaza lavada y pelada
azúcar a gusto
canela molida
Empezamos preparando la masa quebrada. Cortamos la mantequilla en dados, le añadimos la harina y vamos desmenuzando los trocitos e mantequilla hasta conseguir migas. A continuación añadimos el resto de ingredientes y amasamos rápido solo hasta que esté todo bien integrado. Formamos una bola, la envolvemos en papel film y guardamos en la nevera por 1 hora. Pasado este tiempo enharinamos la encimera y estiramos con fuerza ya que la masa estará algo dura hasta dejar una plancha de medio dedo de grosor. Forramos la base de nuestro molde y cortamos otro circulo que va a cubrir el relleno. Yo no he usado nada en la base de la tarta ya que mi molde es antiadherente pero en el caso contrario podéis pincelar con mantequilla y espolvorear harina.
Picamos las uvas pasas y las nueces en trozos pequeños. Añadimos una nuez de mantequilla y un poco de azúcar y con esta pasta cubrimos la base de la tarta que hemos pinchado antes con un tenedor para que no suba durante el horneado. Tapamos con el círculo que he hemos cortado repitiendo la misma acción con el tenedor y presionamos los laterales un poco. Cortamos pequeños trocitos de calabaza (yo he usado un utensilio para cortar en bolitas, el resto de calabaza aproveche para un puré para mis niños) pero sino podéis cortar dados pequeños. Cubrimos la tarta, espolvoreamos canela molida a gusto y abundante azúcar, decoramos los laterales si lo consideramos necesario y horneamos hasta que este dorada a fuego suave - unos 160º para que la calabaza caramelice bien y no se nos queme la masa. Desoldamos una vez fría y a disfrutar de los sabores del otoño.