Para que os hagais a una idea esta tarta busca la semejanza con la clasica tarta de queso embasada que compramos en el super. Si, me gusta esa tarta, me encanta mas bien ;) y si a vosotros también os gusta no podeis dejar de probar esta receta porque además de parecersele un montón, está aun mas buena.
La receta la saqué de “El rincón de Bea” y tengo que reconocer que se me pasó de cocción y perdió la textura que veo en la de ella, estaba mas pesada, pero muy rica igualmente. Es curioso porque sube un montón, como dos dedos por encima del molde y luego sin embargo baja todo lo que subió e incluso en mi caso un poco mas.
La tarta sencillita, no os podreis quejar.
Ingredientes; 125 gr de mantequilla, 150 gr de azúcar, 3 huevos (con las claras separadas de las yemas), 500 gr de queso quark, 75 gr de maizena, 1 cucharadita de levadura química, 1 cucharadita y media de zumo de limón, la ralladura del limón, esencia de vainilla, 1 pizca de sal y 1/4 de cucharada de cremor tartaro (es para las claras a punto de nieve así que tampoco pasa nada si no teneis)
Lo primero que hacemos es montar las claras a punto de nieve con la sal y el cremor tartaro. Reservamos.
Batimos las yemas con el azúcar y cuando estén esponjosas y blanquecinas añadimos las yemas, una a una, procurando que se integre una antes de añadir la siguiente.
Añadimos la maizena y la levadura despacio.
Por otra marte mezclamos el queso con el limón y la vainilla, añadimos esta mezcla a la anterior y finalmente vamos añadiendo las claras con mucho cuidado, evitando que se bajen y a la vez que no queden grumos y se integre bien.
Untamos un molde de 18 cm de diametro con mantequilla, vertimos la mezcla dentro y lo llevamos al horno precalentado a 180º durante 45-55 min (yo me confié y lo dejé los 55, para mi horno fue demasiado así que pincharlo a los 45 a ver si ya está listo).
Ya solo nos queda esperar a que enfríe y disfrutar.