¡Volvemos a Grecia! Digo volvemos porque hace unos meses pasamos unos días por allí como parte de un viaje en crucero y ahora Cocinas del mundo nos da la oportunidad de volver desde casa. En el día de mi cumple, además :)
Hace poco publiqué mi receta de saganaki de queso con miel y limón, y el tzatzikki aparece en varias recetas de mi blog porque, por alguna extraña razón, es una salsa muy popular aquí en Dinamarca. Así que hoy me voy por otro lado; siempre tiendo a lo salado, pero hoy aprovecho que un buen amigo cumplió años hace poco y le he preparado esta tarta, inspirada en la receta del masterchef griego Akis Petretzikis .
Ya veréis que el concepto recuerda al de la tarta de queso yanqui, pero el ingrediente principal aquí es por supuesto el yogur griego y el resultado es una tarta bastante más ligera. Me he tomado la habitual licencia de autora y en lugar de galletas digestivas para la base, he usado galletas rellenas de chocolate; de estas tipo Príncipe, pero marca La Pava ;) Con estas cantidades hice una tarta mediana, en un molde de x cm de diámetro.
125 g de galletas rellenas de chocolate
45 g de mantequilla
600 g de yogur griego natural sin azúcares añadidos (a temperatura ambiente)
150 g de azúcar (en mi caso 75 g de Stevia)
1 cucharadita de extracto de vainilla
1 cucharadita de zumo de limón
3 huevos enteros y 1 yema
Miel
Un puñadito de nueces
Tomillo fresco
La preparación:
1. Primero vamos a por la base. Chafamos o trituramos las galletas; podemos meterlas en una bolsa y chafar con un martillo o un rodillo o usar una picadora. Añadimos la mantequilla derretida y mezclamos bien para que todo se empape.
2. Engrasamos con un poco de aceite o mantequilla la base del molde y repartimos el triturado de galleta sobre ella. Personalmente, recomiendo cortar una circunferencia de papel de horno del tamaño de la base del molde y repartir sobre ella la galleta, para que sea más fácil de desmoldar.
3. Horneamos la base a 160º en el horno precalentado durante 12-15 minutos. Después dejamos que se enfríe del todo. Aquí en Dinamarca, sobra con sacarlo al balcón 5 minutos ;)
4. Vamos a por el relleno. Es muy importante que el yogur esté a temperatura ambiente. Lo vamos a batir con varillas durante 2 minutos a velocidad media hasta que consiga una textura cremosa y ligera.
5. Entonces añadimos la mitad del azúcar (o edulcorante) y batimos con las varillas durante 1 minuto a velocidad media. Después añadimos el azúcar o edulcorante restante, la sal, extracto de vainilla y zumo de limón. Añadimos también la yema y batimos con las varillas a velocidad baja hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados. Si las paredes del recipiente están sucias, usamos una espátula para incorporarlo a la mezcla.
6. Ahora añadimos los huevos enteros de uno en uno; incorporamos uno, batimos un poco con las varillas a velocidad media-lenta, después el segundo, batimos un poco, finalmente el tercero y batimos hasta que está perfectamente mezclado.
7. Echamos la mezcla al molde, sobre la base de galleta ya fría. Le damos 10 minutos a 230ºC en el horno precalentado. Pasado ese tiempo, bajamos a 100ºC y lo dejamos hornear durante 90 minutos.
8. Pasado ese tiempo, la sacamos del horno, dejamos que se enfríe un poquitín durante 5 minutos y pasamos un cuchillo fino por el canto para separarlo del molde. Lo dejamos que siga enfriando en el molde. Mínimo 2 horas. Cuando ya esté fría, se puede meter al frigorífico.
9. En el momento antes de servir, se cubre con unos hilos de miel al gusto, las nueces picadas a mano o en mortero y espolvoreamos con hojitas de tomillo fresco. Ya veis que mi tarta quedó bastante cuarteada en la superficie, fue porque le di un buen meneo por accidente. Por suerte, las nueces lo disimulan ;)
¡Buen provecho!
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Bergua*