Una de mis tartas favoritas es, sin duda, la tarta de queso. Hace tiempo que, por diversos motivos, venía buscando la manera de hacer una versión más ligera de la misma y que pudiera comer prácticamente todo el mundo. Tras varios intentos y cambiar algunos ingredientes y medidas (ni me preguntéis cómo llegué a esas cantidades) lo he conseguido (luego mirando por la red he visto que todo está inventado y hay miles parecidas... aún así me siento satisfecha de haber llegado a esta combinación por mi misma =D ). No se si será la mejor receta posible, seguro que se podrá mejorar... Lo que sí se es que ésta que os presento quedó deliciosa, fresca, suave y muy ligera, casi como una mousse. Yo quedé encantada. A partir de ahora se me ocurren mil modificaciones que me apetece probar, pero la de hoy quedará como base y la repetiré seguro muchas veces. Qué rica!
La cosa quedó así:
INGREDIENTES
330 g de queso Quark (1%)
190 g de yogur griego (0%)
2 huevos + 1 clara
15 ml de edulcorante líquido (Stevia)
10 g de zumo de limón (+ la ralladura de medio. Opcional)
Semillas de vainilla (media vaina o así)
Sal para montar las claras
Mermelada de arándanos y frambuesas (Hero Diet) para la cobertura (o la que os guste) PREPARACIÓN
- Separamos las yemas y las claras, y batimos las primeras con el edulcorante hasta que quede todo bien homogéneo.
- Añadimos el queso, el yogur, el zumo y la ralladura de limón y la vainilla. mezclamos bien.
- Montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal. Cuando obtengamos una textura firme las añadimos a la mezcla anterior con movimientos envolventes, con cuidado para que no se bajen.
- Engrasamos un molde apto para horno y vertemos la mezcla en él.
- Horneamos en el horno previamente calentado a 180º unos 40 minutos (cuando pinchemos en el centro y salga limpio). Por fuera quedará dorado (o debería... no con mi horno).
OJO!!! La mezcla sube mucho en el molde durante el horneado. Debéis usar un molde suficientemente alti y vigilar. Si lo preferís, podéis hornear al baño María. Yo no lo hice, pero seguro que sube menos. Lo probaré la próxima vez.
- Una vez pasado el tiempo, sacamos la tarta del horno y la dejamos enfriar un poco antes de desmoldarla. La metemos entonces unas horas a refrigerar en la nevera.
- Para comerla la podéis acompañar de mermelada de frutas o dejarla tal cual. Yo la probé de ambas maneras (mitad y mitad) y la verdad... tengo que decir que no hace falta añadirle nada. Estaba muy buena tal cual. Tenía un sabor muy suave con un ligero toque de vainilla y limón. Si os apetece con más sabor, entonces le añadís la mermelada. Estaba riquísima también!
Qué la disfrutéis! J
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