Como el verano no nos quiere abandonar por el momento, todavía nos apetecen recetas fresquitas en casa. Aprovechando que teníamos una cena en casa preparé esta tarta de queso y chocolate. En casa les encantan este tipo de tartas fresquitas, y la verdad es que las preparo hasta cuando hace frío.
Esta tarta no lleva nata (crema de leche), sino yogur griego, que le da otro toque diferente y no tan dulzón. Personalmente a mi me gusta que no estén tan dulces las tartas de queso, así que esta es mi tarta perfecta. Si a vosotros os gusta un toque más dulce, solo tendréis que incrementar la cantidad de azúcar a vuestro gusto y listo.
Lo que más me gusta de esta tarta es el contraste ácido que aporta el yogur con el dulzor que le da el sirope, es un contrapunto perfecto. Cuando cortéis la tarta, como el sirope no tiene gelatina se derramará un poco por todos los lados de la porción que os vayáis a comer, chocolateandola (me acabo de inventar este palabro) toda.
Es una tarta muy fácil de preparar y además si la preparáis por la mañana tendréis un postre genial para una cena especial, ya que necesita unas horas en la nevera. Y si tenéis paciencia y la dejáis de un día para otro estará más rica si cabe.
La capa de chocolate de esta tarta está hecha con el sirope de chocolate casero que tengo publicado en el blog. Es ideal para este tipo de recetas, y en próximas entradas veremos otras maneras de utilizarlo.
TARTA DE QUESO Y CHOCOLATE (Receta de Marina Corma)Para un molde de 18 cm
225 gramos de galletas
125 gramos de mantequilla derretida
270 gramos de queso crema
100 gramos de azúcar blanco
500 gramos de yogur griego
6 hojas de gelatina
80 ml de leche
1 cucharada de vainilla en pasta (o una vaina o extracto de vainilla en su defecto)
3 cucharadas de sirope de chocolate
Forramos un molde desmontable de 18 cm de diámetro con papel de hornear, tanto la base como las paredes, dejando que sobre salga el papel un poco por encima del molde.
Ponemos las hojas de gelatina a hidratar en un bol con agua fría. Calentamos la leche y le añadimos la gelatina escurrida. Mezclamos bien y reservamos.
Trituramos las galletas hasta que obtengamos un polvo fino y las mezclamos con la mantequilla derretida. Cubrimos toda la base del molde y reservamos en el frigorífico.
En un bol, mezclamos el queso con el azúcar hasta que quede cremoso. Agregamos el yogur griego y mezclamos bien, hasta que nos quede una crema homogénea y sin grumos. Añadimos la vainilla en pasta y mezclamos bien. Cuando la leche con la gelatina haya templado la echamos a la crema y lo mezclaremos todo bien.
Dividimos la crema en dos, una mitad la agregamos sobre la base de las galletas y dejaremos en el frigorífico al menos una hora para que endurezca un poco. A la otra mitad le agregamos el sirope de chocolate y mezclamos bien.
Cuando la primera capa de crema haya endurecido lo suficiente, echamos la capa de chocolate por encima. Con la ayuda de una cucharita vamos echando pequeñas porciones de sirope por encima, y con la ayuda de un palillo dibujamos unos remolinos.
Dejamos reposar en el frigorífico de un día para otro, aunque en unas 2-3 horas estará lista para consumir. Os recomiendo que la dejéis reposar así estará mucho más rica.
Esta tarta está rica por si sola, pero si os apetece podéis acompañarla de unos frutos rojos para darle un toque especial. Probadla así y me contáis.
Nos vemos el martes próximo con otra receta, también para aprovechar el sirope (es que está buenísimo con todo).
Un millón de besos, se os quiere ?