Llevaba un tiempo detrás de un bizcocho de esos de miga húmeda y densa. Sabía que mirando entre los libros de Martha Stewart encontraría algo parecido a lo que buscaba.
El resultado, aquí lo tenéis.
Hay que probarlo para poder percibir todo el aroma de limón que tiene, con esa miga empapada en almíbar de limón.
Ahora mismo escribiendo el post me estoy acordando del delicioso bocado y me rujen las tripas, de verdad os lo digo, o también será que he cenado poco, todo puede ser.
El pastel me sorprendió gratamente, pero amigos, los limones confitados que lleva encima, eso es para guardárselo en la libreta de pendientes. Desde que los probé aquí no faltan casi nunca en casa, es más, los puse hasta de decoración en el roscón de reyes de este año.
Si preparáis la receta, me la enseñáis por redes sociales, o me mandáis un trozo, o uno entero para mí.
Pastel de limón (Receta adaptada del libro Pasteles de Martha Stewart)
Para un molde de 23x10
150 gramos de mantequilla sin sal
330 gramos de azúcar blanco
4 huevos M
240 gramos de harina de trigo
1/4 de cucharadita de bicarbonato
1/2 cucharadita de sal
Ralladura de 1 limón
160 ml de crema agria
Para el almíbar
100 gramos de azúcar blanco
200 ml de agua
80 ml de zumo de limón
1 limón pequeño cortado en rodajas
Para el glaseado
100 gramos de azúcar glas
4 cucharadas de zumo de limón
Precalentamos el horno a 180ºC. Engrasamos el molde y forramos con papel vegetal, reservamos.
Preparamos la crema agria, mezclando 150 ml de nata (crema de leche) para montar (35% de materia grasa) con una cucharada de zumo de limón o vinagre. Dejamos reposar y ya la tenemos lista.
Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que la mezcla se aclare y esté cremosa. Agregamos la ralladura de limón, así irá soltando todo su aroma. Añadimos los huevos, uno a uno, y no añadimos el siguiente hasta que el anterior se haya integrado por completo.
Tamizamos la mitad de la harina junto con el bicarbonato y la sal. Mezclamos bien. Añadimos la crema agria, integramos. Terminamos tamizando el resto de la harina y batimos hasta que se integre.
Pasamos la mezcla al molde y horneamos durante 50-55 minutos o hasta que al pinchar con un palillo salga limpio.
Mientras el bizcocho se hornea preparamos el almíbar. Ponemos el azúcar y el agua en un cazo y llevamos a ebullición. Una vez el azúcar se haya disuelto, ponemos a fuego medio-bajo. Incorporamos el limón que teníamos cortado en rodajas y dejamos que se confite unos 35 minutos.
Pasado el tiempo, retiramos las rodajas de limón y las dejamos escurrir sobre una rejilla.
Incorporamos el zumo de limón al almíbar y reservamos hasta que el bizcocho se termine de hornear.
Una vez tengamos el bizcocho horneado, retiramos del horno y pasamos a una rejilla. Pinchamos todo el bizcocho con un palillo y vertemos el almíbar. Dejamos que se empape bien hasta que se enfríe por completo y ya lo podremos desmoldar.
Cuando el bizcocho ya esté frío, preparamos el glaseado. Mezclamos el azúcar glas con el zumo de limón hasta que tengamos el glaseado con la consistencia deseada y lo vertemos sobre el pastel. Decoramos con las rodajas de limón confitadas.
¡¡Y a comer!!