Hoy os traigo una receta que preparé hace meses, concretamente en abril del año pasado. Últimamente estoy revisando recetas pendientes de publicar o actualizar. Esta tarta la hice para mi 40 cumpleaños, sí, habéis leído bien. Yo meses después aún no me hago a la idea. Me siento joven pero ahí estoy, a la mitad más o menos de la vida, y al mismo tiempo en mi mejor momento. Pues bien revisando fotos y postres que hice cuando me estaban reformando la cocina encontré esta tarta. Quizá ya la habéis preparado, tuvo su boom hace unos años. Si no la conocéis, os cuento. Una única masa que misteriosamente en el horno se separa como por arte de magia y tras el horneado se presenta como tres capas bien diferenciadas: la inferior tipo pudding, la del medio similar a unas natillas y la superior abizcochada. Y todo con una sola masa, es pura MAGIA.
La receta la vi en el blog de Megasilvita pero fue el blog Pasteles de colores quien primero la publicó. Esta tarta es de origen rumano, el pastel inteligente o también elegante, que sería la traducción de “Prajitura destapa“. No sé por qué me resistía a hacerla, será que a veces me gusta ir contracorriente. ¿No os pasa que a veces algo se pone tan de moda que os hartáis de tanto verlo? Me pasa a veces con películas o libros, les cojo tirria sin haberlas visto o sin haber leído el libro. Luego cuando me da pues me decido y va y me gusta o no pero yo elijo cuándo hacerlo, no por imposición de modas. Sí, suena un poco raro, ya, es que soy un poco rebelde.
Hoy os traigo la conocida Tarta mágica o pastel inteligente.
Bueno pues aunque parezca magia, lo es pero más bien magia química y física. El pastel inteligente está hecho simplemente de huevos, azúcar, harina, mantequilla y leche. Entonces, ¿qué tiene de mágico eso? Puede que no haya nada inusual en los ingredientes, pero la magia en estos pasteles ocurre durante la cocción. La masa del pastel es muy líquida, por lo que se divide en tres capas por sí misma, cada una con su propia textura y sabor:
La base de la tarta es densa y húmeda, tipo pudding, me recuerda al tocino de cielo.
Una delicada crema se forma en el medio.
La capa superior es un esponjoso y ligero bizcocho de claras tipo genovés
Pero ¿cómo se separan las capas?
Las yemas de huevo, batidas con el azúcar, la mantequilla, la harina y la leche, forman las dos primeras capas de la tarta mágica: la base y la crema. Lo que sucede es que la cocción lenta a 150-160ºC permite que la parte inferior de la torta se cocine pero sin cocinar demasiado la parte del medio, que conserva su textura cremosa. Las claras de huevo batidas forman la capa de esponjosa de Genoise. No se mezclan con la leche y en su lugar permanecen flotando sobre la tarta. Por esta razón, es mejor usar un horno convencional (calor arriba y abajo) en lugar de uno con ventilador.
Una sola masa y voilà tres capas de textura diferente.
Tarta mágica o Pastel inteligente
INGREDIENTES (unas 8 raciones):
– 125 g de mantequilla sin sal
– 4 yemas de huevo tamaño L
– 1 cucharada o TBSP de agua
– 150 g de azúcar
– 2 cucharaditas o TSP de extracto o pasta de vainilla
– 115 g de harina
– 500 ml de leche tibia
– 4 claras de huevo tamaño L
– Unas gotas de vinagre o zumo de limón
– Azúcar glas para espolvorear
Preparar un molde untado con mantequilla, aceite desmoldante o forrar con papel de horno. Derretir la mantequilla en un cazo o en el microondas y dejar que se enfríe. Separar las yemas de las claras, los huevos han de estar a temperatura ambiente. Precalentar el horno a 160ºC. Batir las yemas con el azúcar y el agua hasta que la mezcla blanquee y palidezca. Añadir poco a poco la vainilla y seguir batiendo hasta que esté bien esponjosa (unos 5 minutos en total). Podéis hacerlo a mano pero es mucho más cómodo con varillas eléctricas. Incorporar a la mezcla la mantequilla derretida y enfriada y batir más despacio. Agregar la harina tamizada en 3 veces e integrar despacio. Añadir la leche tibia y seguir mezclando hasta que esté bien integrado. Montar las claras a punto de nieve, cuando empiecen a espumar añadir unas gotas de zumo de limón o vinagre. Cuando estén bien montadas incorporarlas con una espátula con movimientos envolventes con cuidado, sin sobrebatir a la mezcla anterior. Verter la mezcla en el molde y hornear a media altura a 160ºC sin ventilación, con calor arriba y abajo durante 1 hora. Sacar del horno y dejar enfriar en el molde al menos 3 horas.
Es muy difícil desmoldar el postre al completo, lo mejor es ir cortando porciones una a una.
Como veis se diferencian claramente las tres capas.
Espero que probéis esta tarta tan curiosa y me contéis qué os ha parecido.
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