La tarta tres chocolates es una de las más famosas que circula por Internet ya hace años. Y no es de extrañar que triunfe tanto porque es muy fácil de preparar y el chocolate es casi siempre un éxito asegurado. Otro punto a su favor es que se prepara muy rápido y lo ideal es hacerlo el día antes, con lo cual te olvidas del postre el día que tienes invitados. Otra forma ideal y muy vistosa es preparando vasitos individuales, que le da un toque todavía más chic. ¿Chocolateamos?
¿Qué necesito?
150 gr de chocolate negro para repostería
150 gr de chocolate con leche para repostería
150 gr de chocolate blanco para repostería
675 ml de nata (crema de leche) líquida para montar
675 ml de leche entera
1 paquete de galletas tipo María
100 gr de mantequilla
3 sobres de cuajada
¿Cómo lo hago?
Para preparar la base de la tarta, trituramos el paquete de galletas y le añadimos la mantequilla derretida. Mezclamos bien ambos ingredientes y vertemos la mezcla en el molde desmontable. En mi caso, suelo colocar papel de horno en la base del horno para que sea más fácil el desmoldado, pero no es imprescindible. Presionamos bien con ayuda de una cuchara para que resulte una base firme y lisa. Reservamos en el frigorífico.
Comenzaremos preparando la primera capa de chocolate negro. Para ello, en un cazo colocamos 225 ml de nata (crema de leche), 225 ml de leche, el chocolate negro en trocitos y un sobre de cuajada. Llevamos el cazo al fuego y no dejamos de remover para que no se formen grumos. Cuando rompa a hervir, lo retiramos del fuego y vertemos el líquido sobre la base de galleta. Llevamos el molde al frigorífico hasta que cuaje esta primera capa de chocolate. Una vez que esté cuajada, con ayuda de un tenedor debemos rayar esta primera capa, para que al verter la siguiente se adhiera bien y luego no se deslice.
Mientras tanto, prepararemos la segunda capa de chocolate con leche. Repetimos la misma operación que con el chocolate negro. Colocamos en un cazo los 225 ml de leche con los 225 ml de nata (crema de leche), el chocolate en pedacitos y el sobre de cuajada. Llevamos al fuego y removemos sin parar hasta que rompa a hervir.
Vertemos la capa de chocolate con leche sobre la capa de chocolate negro, que recordad debe estar rayada previamente. Para evitar destrozar la capa inferior con el chorro de líquido, basta con verter el chorro sobre una cuchara y que así el líquido caiga indirectamente y con menos fuerza sobre la tarta. una vez más, reservamos en el frigorífico hasta que cuaje.
Para preparar esta última capa de chocolate blanco, repetiremos la misma operación con los ingredientes restantes y una vez preparada la mezcla la verteremos sobre la capa de chocolate con leche previamente rayada y siempre con la ayuda de una cuchara. Dejamos enfriar por completo en el frigorífico unas cuantas horas para que cuaje perfectamente y decoramos al gusto: con unos conguitos, con cacao en polvo, con virutas de chocolate, etc.
Existen muchas recetas que añaden azúcar en cada capa, pero para nuestro gusto el chocolate ya es lo suficientemente dulce y no resulta necesario. Pero si preferís darle ese toque extra, siempre podéis añadirle un par de cucharadas de azúcar blanco en la preparación de cada capa. Ya veis que es facilísima de preparar y suele gustar a todo el mundo, así que animaos con ella.