He de reconocer que no es un dulce que me apasionase mucho de niña, la verdad; pero cada vez me van gustando más y ahora las como sin problema. no es que sea uno de mis dulces favoritos, pero cuando las como disfruto de ellas a cada bocado. Es lo que tiene la edad...
Tanto es así, que le estoy cogiendo el gustillo a esto de preparar torrijas y ya tengo en mente un par de recetas más que os iré trayendo estos días. A ver si me da tiempo a todas. Pero de momento os dejo la receta de este tradicional dulce de Semana Santa que tiene su origen en el siglo XV, aunque inicialmente no son de la época de cuaresma. "En España, la torrija o torreja aparece ya documentada en el siglo XV, citada por Juan del Encina: «miel y muchos huevos para hacer torrejas», al parecer como plato indicado para la recuperación de parturientas. Las primeras recetas se remontan al Libro de Cozina de Domingo Hernández de Maceras (1607) y Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería de Francisco Martínez Motiño (1611). La torrija era a comienzos de siglo XX muy habitual en las tabernas de Madrid y se servía con vasos de vino (chatos).11
Su asociación a la Cuaresma se debe tal vez a la necesidad de aprovechamiento del pan sobrante, que, durante el tiempo en que no se podía comer carne, era por ello menos consumido, aunque las familias elaboraban la misma cantidad". (Wikipedia)
Ingredientes1 barra de pan del día anterior 1/2 litro de lechePiel de 1 limón (solo la parte amarilla)1 rama de canela2 cucharadas de azúcar3 huevosAceite de girasolPara el almíbar:250 gr de agua250 gr de azúcar1 cucharada de miel
Partimos la barra en rebanadas (al bies). Reservamos.
Colocamos la leche en un cazo junto con el azúcar, la piel del limón y la rama de canela. Ponemos a calentar y antes de que arranque a hervir lo retiramos del fuego y dejamos templar.
Batimos los huevos y reservamos.
Vamos remojando las rebanadas de pan en leche y las colocamos en una fuente para que reposen.
Cuando estén todas empapadas en leche, las vamos pasando por huevo y freímos en abundante aceite caliente hasta que estén doradas por ambos lados.
Dejamos escurrir el exceso de aceite sobre papel de cocina y colocamos en una fuente.
Preparamos el almíbar. Ponemos a hervir el agua con el azúcar hasta que obtengamos un almíbar a punto de hebra. Añadimos la miel y retiramos del fuego.
Regamos las torrijas con el almíbar y servimos.