Me acuerdo cuando hice la reforma de casa que al abordar la cocina, decidí jubilar mi vieja cocina de hornillos de gas, tan difícil de limpiar y me llegué a plantear poner la típica placa de vitrocerámica o una moderna cocina de inducción. Pero es que... yo soy de gas.
Sin embargo, terminada la obra tuve la suerte de encontrar una cocina con la que seguir teniendo la posibilidad de cocinar con gas y a la vez que fuera fácil de limpiar. Por eso soy un afortunado ya que tengo una cocina limpia y con la mejor capacidad de regulación de temperatura. Ahora os cuento las ventajas del gas natural frente a la inducción o la vitrocerámica.
Aunque me han contratado para escribir este post patrocinado de Gas Natural, he de decir que me es muy fácil hablar de la cocina con gas, ya que es la que vengo utilizando desde que aprendí a cocinar y es con la que mejor me apaño, a la hora de regular las temperaturas y la cocción.Ventajas del gas natural frente a la inducción o vitrocerámica
Reconocedlo, cuando vais a cocinar una receta, todos pensáis en palabras como a fuego lento, subir el fuego, poner el fuego al máximo, etc y es que todos asociamos cocinar, a ver las llamas bajo la sartén o bajo nuestras ollas, mientras vemos como se va haciendo nuestro plato.
Tanto para preparar una mermelada con el fuego vivo en un cazo, o para freír algo en una sartén, el fuego con gas es muy eficaz y resulta más cómodo que las vitrocerámicas que van conectándose y desconectándose tratando de mantener una temperatura estable.
Al cocinar con gas natural, regulo la potencia calorífica de forma instantánea, y puedo conseguir mejor resultado. Al freír a más temperatura, se forma una especie de costra o capa exterior en los alimentos que hace que éstos no absorban más grasa. La potencia hace que los alimentos hechos a la parrilla queden mejor, bien dorados por fuera y con sus jugos en el interior.
Además de ser más sencillas de regular y conseguir mejor resultado en nuestros platos, las cocinas de gas natural resultan más económicas que las de inducción o vitrocerámica que funcionan con electricidad, permitiendo un ahorro de unos 5 euros al mes frente a éstas.
Incluso para determinado tipo de recipientes como los wok, nada es mejor que las llamas de las cocinas de gas que han demostrado eficacia y potencia suficiente para dar vida a nuestros platos más apetecibles.
Yo lo tengo claro. Aunque algunos prefieran cocinar con inducción o vitrocerámica, yo soy de gas natural.
Sed felices,
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