El sector de la población que comprende desde los 2 a los 24 años, en las últimas dos décadas ha aumentado el porcentaje de enfermos por sobrepeso y obesidad hasta límites preocupantes. Sólo en una mínima parte el origen es genético; por ello debemos hacer un repaso a las costumbres alimenticias y la forma de vida de nuestros hijos.
Las causas del problema
El hecho de que, según datos del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, un 33% de niños sean obesos, es la respuesta a una serie de comportamientos y actitudes que hemos de tener en cuenta:Aunque hay personas que acusan una mayor tendencia a engordar que otras, el perfil del niño con dificultades de sobrepeso es aquél que sigue una alimentación deficiente.
Los padres deben preocuparse más por lo que comen sus hijos, además de estar pendientes del dinero que les dan y en qué se lo gastan, ya que son muchos los pequeños que destinan su 'paga' íntegra a comprar refrescos, bollos y chucherías.
La visita regular al pediatra es esencial. El especialista puede detectar problemas de salud en el menor que le vayan a provocar sobrepeso.
El estilo de vida de los niños de hoy en día ha cambiado mucho. El balón y el parque se han sustituido por los mandos de las videoconsolas, la televisión y los juegos de ordenador. Este sedentarismo y la falta de ejercicio físico son una de las causas más importantes de la enfermedad.
Hay que vigilar con especial atención a los adolescentes, debido a que la mayoría de los que se encuentran en esta etapa reducen la actividad física y experimentan una extraordinaria revolución hormonal que puede alterar su peso normal.
Prohibido prescindir del desayuno. Se trata de la comida más importante del día y su omisión es un factor de riesgo.
Síntomas de obesidad
Está claro que cada persona es diferente y que, además, hay distintos niveles de sobrepeso. Pero para poder detectar esta enfermedad, hay ciertas pautas generales.Por ejemplo, los pequeños que tienen hasta 5 años, suelen presentar afecciones en la piel, estreñimiento, pies planos o dolores articulares, así como bajo estado de ánimo. En la pubertad, los chicos parecen desarrollar mamas y padecen depresiones. Es vital controlar sus hábitos, ya que es muy frecuente que se aficionen al tabaco o al alcohol.
Los jóvenes padecen problemas para respirar y muchos desembocan en diabetes de tipo 2. Una vez superados los 30 años, el problema se agrava. Hay riesgo de mortalidad, de desarrollo de cáncer y de afecciones cardíacas.
Una dieta equilibrada
Ésta es la receta fundamental tanto para prevenir como para paliar irregularidades relacionadas con el sobrepeso.Hemos de proporcionar a los niños un menú acorde con su actividad física y rico en nutrientes. No debemos, bajo ningún concepto, prescindir de:
Proteínas: en nuestra sociedad es muy difícil tener deficiencias de proteínas. Provienen de carnes y pescados, que se recomienda tomarlos a la plancha, y de huevos.
Minerales y vitaminas: son totalmente imprescindibles en las dietas infantiles: hierro, calcio, vitamina D o cinc son necesarios para el óptimo desarrollo de los más pequeños.
Los alimentos más recomendados son las legumbres, que, a la vez que son energéticas, también son bajas en grasas. El pescado azul, el aceite de oliva, las verduras, lácteos y frutas son productos obligados que no podemos suprimir en su dieta. Los alimentos precocinados quedarán desterrados al olvido, ya que contienen una elevada cantidad de calorías.
Es muy importante que el niño que está bajo un régimen de adelgazamiento no se sienta desplazado del resto de la familia al tener que comer una dieta diferente, al igual que ocurre con los diabéticos. Por ello, tendremos que adecuarnos todos, en la medida de lo posible, e intentar comer lo más parecido a ellos.
De vez en cuando les permitiremos algún capricho e intentaremos ser lo más flexibles que podamos, para que no se sientan diferentes a sus hermanos o amigos. Si comen todos los días en el mismo lugar o ayudan en la preparación de sus platos, no rechazarán tanto ciertos productos.
Los comedores escolares
La obesidad infantil es un problema que se va agravando entre los menores que se quedan a comer en los centros de estudio. Normalmente, la comida es de baja calidad, ya que el precio disminuye.Es muy importante que los padres posean una copia anticipada del menú de sus hijos, ya que así podrán hacerle una cena adecuada para que su dieta sea lo más equilibrada posible.
Se recomienda a los padres visitar alguna vez el comedor para comprobar de cerca los platos. La dieta ha de ser variada, sin contener bollería industrial y sin sustituir la fruta fresca por productos lácteos.
La enfermedad del siglo XXI
Más de la mitad de los españoles sufren obesidad. Este trastorno desemboca en graves enfermedades tanto físicas como mentales y para la Sanidad significan un desembolso enorme. Por ejemplo, en Europa, un 8% de los presupuestos se destina a este fin.Actualmente, el Ministerio de Sanidad elabora un plan para frenar la obesidad, fomentando la realización de ejercicio físico. La prevención es fundamental, ya que un niño obeso suele convertirse en un adulto obeso.