Hoy os traigo unas estupendas albóndigas en salsa de mi madre. Seguramente esta salsa se haga en más casas de España, pero claro, es la salsita que yo he comido en mi casa desde pequeña y para mí ha sido, es y será siempre la salsa de mi madre jajaja.
Recuerdo que cuando yo era más pequeña no me gustaban para nada las albóndigas, era saber que era lo que había de comer en casa y me daba un coraje... Y lo que son las cosas, ahora que ya vivo emancipada es un plato que no falta en mi menú semanal tanto porque lo he redescubierto como porque a mi novio le encantan y claro... cualquiera no le da un caprichito jajaja.
En realidad no son nada complicadas, es más el tiempo que pensamos en hacerlas que el tiempo que se necesita para que estén listas, así que aquí os dejo la receta y la comparto con vosotros para que las probéis y me digáis que os parecen.
Vamos con la receta :)
Para 12 unidades.
Ingredientes:
Para las albóndigas:
300 gr. Carne picada de cerdo.
1 diente de Ajo.
1/2 Cebolla.
Hojas de Hierbabuena.
1 Huevo.
35 gr. de Pan rallado.
Sal.
Harina.
Para la salsa:
2 dientes de Ajo.
1/2 Cebolla.
1/2 vaso de Vino Blanco.
1 cucharada sopera de Harina.
Aceite de Oliva Virgen.
Agua.
Sal.
Elaboración:
Comenzaremos picando con cuchillo la cebolla y los dientes de ajo. Reservando en un plato la parte correspondiente para hacer la salsa.
Picamos la cebolla y los dientes de ajo.
Reservamos la cebolla y ajos necesarios para la salsa.
A continuación pasaremos por una picadora eléctrica la media cebolla, el diente de ajo y las hojitas de hierbabuena.
Picamos cebolla, hierbabuena y ajo.
Consejo:
Pasamos por la picadora la parte de verdura correspondiente a las albóndigas para que sea lo más homogénea posible a la hora de amasarlas y darles el aspecto redondo uniforme. Sin embargo, es mejor picar a cuchillo la cebolla y los ajos para la salsa, puesto que si lo hacemos con la picadora quedaría demasiada fina y podría quemarse fácilmente a la hora de hacer el sofrito de la salsa.
En un bol, ponemos la carne sazonada, el picado de ajo, cebolla y hierbabuena y un huevo. Comenzamos a amasar con las manos bien limpias hasta que veamos que tanto el picado como el huevo está bien integrado por toda la carne.
En un bol, carne, picada de ajo, cebolla, hierbabuena y huevo.
Integramos todo bien.
Cuando consigamos que toda la carne esté bien impregnada de los demás ingredientes, le añadimos el pan rallado. Seguimos amasando de nuevo hasta que consigamos que la carne no se nos quede pegada a las manos.
Añadimos el pan rallado y amasamos de nuevo.
Consejo:
Yo para saber si está en su punto o no, lo que hago es intentar hacer una albóndiga "gigante" con toda la carne. Si la textura al hacerla es homogénea, se maneja con facilidad y no se me queda pegada a las manos, ya tenemos lista nuestra masa.
Cuando no se nos pegue a las manos, estará lista.
Una vez conseguido el punto de la masa, comenzaremos a coger pellizcos de carne (como del tamaño de una nuez, aunque eso va en gustos) y comenzaremos a darles la forma redonda deseada. Hay quién las hace con dos cucharas, pero yo prefiero hacerlas entre mis manos bien lavaditas.
Formamos las albóndigas.
Es entonces cuando las enharinamos y ponemos una sartén a fuego medio con un buen chorreón de aceite de oliva virgen. Las haremos por un lado y luego por el otro hasta que estén doraditas pero sin necesidad de hacerse bien del todo, ya que luego se terminarán de hacer con la salsa.
Enharinamos las albóndigas.
Marcamos las albóndigas por un lado.
Le damos la vuelta para que se haga por el otro lado.
Cuando veamos que están por todos lados marcados, las sacamos en un plato y las dejamos reservadas.
Sacamos y reservamos las albóndigas.
A continuación comenzamos con la salsita, para ello usaremos la misma sartén y el mismo aceite donde hemos marcados las albóndigas y le añadimos la cebolla y el ajo picado que reservamos en un principio.
Echamos en el aceite el ajo y cebolla.
Para espesar la salsa, le pondremos una cucharada de harina y removeremos para que se haga bien.
Agregamos una cucharada de harina para espesar.
Cuando veamos que la salsa empieza a coger consistencia, echamos las albóndigas de nuevo en la sartén y le agregamos el medio vaso de vino.
Echamos de nuevo las albóndigas.
Añadimos el medio vaso de vino blanco.
Dejaremos reducir el vino para luego cubrir las albóndigas con agua y las dejaremos a fuego medio hasta que la salsa reduzca también.
Reducimos el vino y cubrimos de agua.
Dejamos reducir la salsa a fuego medio.
Y listo, ya tenemos preparadas nuestras albóndigas en salsa de mi madre. Como veis es más liosa la explicación que en sí el procedimiento una vez que estéis manos a la masa (nunca mejor dicho jajaja). Así que lo dicho, ánimo y una buena barra de pan al lado, porque si buenas están las albóndigas, mejor está la salsa :)
Espero que os haya gustado y que os animéis a hacerla, repetiréis seguro jajaja.
Besitos y nos vemos en la próxima receta que se nos avecina ;)