Ingredientes (salen unas 16 albóndigas):
Variación de la receta original de Karlos Arguiñano
450gr de carne picada de vacuno
4 cucharadas colmadas de pan rayado
1 huevo
2 cucharadas de leche
1/2 cebolla pequeña
1 diente de ajo
800gr de tomate triturado (una lata grande)
Ajo en polvo
Pimienta negra
Nuez moscada
Sal
Orégano
*Opcional: dos hojas de laurel
Preparación:
Empezamos preparando las albóndigas en sí poniendo la carne picada en un bol con el huevo, el pan rallado, la leche, un poco de sal, pimienta negra, ajo en polvo y nuez moscada. Si no queréis especiarla tanto podéis prescindir de lo demás y poner sólo sal y pimienta.
Mezclamos todo con las manos, hasta que esté bien integrado y tengamos una pasta ligeramente desmigada. Enharinamos las bolas de carne y las freímos en abundante aceite hasta que se doren bien, retiramos y nos ponemos con la salsa.
En una olla ponemos un chorrito de aceite, como dos cucharadas, y pochamos la cebolla picada y el ajo entero para aromatizar. En cuanto se hayan dorado los sacamos del fuego y ponemos todo el tomate, un poco de sal, orégano y el laurel. Removemos y cuando empiece a hervir ponemos las albóndigas cinco minutos por cada lado (diez minutos en total), y ya estarán listas para servir.
Si las hacéis tal cual os digo conseguiréis una textura muy suave y tierna en el interior con una cobertura más crujiente. Además, el laurel aromatiza la salsa que da gusto, y, si optáis por poner un poco de perejil bien picado por encima al servir, mejoraréis el sabor (si cabe).
Se pueden acompañar con cualquier cosa: patatas fritas o en puré, arroz, pasta, ensalada... Eso sí, no os olvidéis del pan para rebañar, porque lo vais a necesitar con la pedazo salsa que sale. Además, con lo fácil que es no tenéis excusa para no probarlas.