La idea de hacer esta entrada, que como digo no es la primera vez que hago sushi, aunque sí la primera que lo explico, surgió a raíz de la entrada de los queridos Alberto y Iosune del blog Danza de Fogones. Si no conocéis su blog ahora es el mejor momento para que lo hagáis, ya que además de muchas recetas deliciosas, están dedicando un espacio a platos tradicionales asiáticos con unas explicaciones muy claras de cómo se hacen y de qué ingredientes se usan.
En mi caso, empezaré aclarando los ingredientes que uso que no me fallan nunca.
El arroz especial para sushi que uso es de la marca Haruka, viene en una caja con dos paquetitos de 500gr, y más o menos 250gr dan para tres rollos de makis, más que suficiente para tres o cuatro personas. Nosotros también lo usamos para los onigiris, que aunque no los puedo poner porque las fotos me han salido horribles, tendrán una entrada en otra ocasión junto con los nigiris.
El alga nori es de la marca Itamae. Tiene una textura suave, y no sabe nada fuerte. Nunca compramos otra porque siempre nos da buen resultado.
El vinagre siempre en polvo, porque las pocas veces que probé el líquido de alguna marca no me gustó tanto como la versión en polvo de la marca Sushi No Ko. Lo encontraréis en sobres de 75gr, y más o menos da para 1kg de arroz.
Para el relleno podéis poner lo que queráis. Lo tradicional, como sabéis, es pescado, pero acepta otras versiones. Nosotros somos unos guays y los hacemos de salchicha. Muchos nos mataréis por esto, pero bueno, os prometo que la próxima vez al menos llevarán salmón. O surimi.
Ahora que ya tenemos los ingredientes, empezamos con la preparación. El arroz no tiene ninguna ciencia, se cuece siguiendo las especificaciones del envase, y una vez haya absorbido todo el agua lo retiramos del fuego, añadimos un par de cucharadas de vinagre en polvo y removemos bien. Os recomiendo ir probándolo poco a poco para ver cuál es vuestro punto, igual dos cucharadas os es muy poco, o mucho, así que empezad con poca cantidad.
Dejamos que se enfríe a temperatura ambiente, y una vez frío empieza la fiesta.
Debemos tener una tabla de madera donde poner el alga, el cuenco de arroz frío, otro cuenco con agua, un cuchillo liso bien afilado, y obviamente el relleno.
Empezamos presentando el alga en la tabla, nos mojamos las manos en el cuenco y empezamos cogiendo puñaditos de arroz que vamos extendiendo por toda la superficie del alga, dejando unas dos rayitas en el extremo (o unos cinco centímetros). Es mejor poner una capa gordita muy compacta para que se corte mejor y quede un aspecto más bonito, para ello aplastamos muy bien el arroz contra el alga e intentamos que no se vea el alga a través del arroz. Colocamos el relleno a unos 3/4, no en la mitad, y plegamos el extremo del alga cubriendo totalmente el relleno, asegurándonos de que estamos apretando bien y que no queda flojo. Continuamos enrollando hasta llegar al final, que mojamos con un poco de agua con los dedos y sellamos cerrando el rollo por completo. En este punto yo lo giro un poco sobre la tabla para asegurarme de que el borde se queda bien pegado, y para que se quede más redondito. No os paséis con el agua del cierre porque si no el alga se encoge y no conseguís nada.
Por último, mojando la hoja del cuchillo, hacemos los cortes limpios, sin titubear, de unos 2 o 3 cm de grosor. Los colocamos en una tabla o plato y listos.
Lo mejor para que os queden perfectos, con el relleno centrado, es colocarlo como os digo a 3/4 y a ser posible que el relleno en tiras ocupe el largo del alga. No pasa nada si hay que ponerlo en dos trozos, pero más estético queda de la primera forma.
No os preocupéis si veis que los primeros que cortáis salen mal, es normal, los de los extremos salen feotes siempre, y lo demás es práctica.
Una vez que tengáis abierto el paquete de algas es necesario guardar las sobrantes en un recipiente hermético para que no se queden rancias.
Se puede acompañar con una salsa, nosotros no lo hacemos porque nos encanta el sabor del arroz con el vinagre en polvo, pero si os gusta la soja o el sésamo, la servís en un cuenco y vais mojando los makis.
Ahora sólo os queda probar a hacerlo en casa, y por supuesto comentarme el resultado.