La prueba de fuego venía con el paladar exquisito de mi novio, que desde que la tenemos quiere comer el gofre belga, crujiente por fuera, tierno por dentro, con sus bolas de azúcar... Y según él estos son muy parecidos, prácticamente iguales a los de los puestos de gofres en la calle.
Ingredientes (receta de Postreadicción con algunas variaciones, a mí me salieron 7 gofres):
375gr de harina de fuerza
135gr de leche tibia
12gr de levadura fresca
1 huevo grande
1 yema de huevo
1 pizca de sal
16gr de azúcar vainillado
125gr mantequilla a temperatura ambiente
125gr azúcar perlado
Preparación:
Empezamos poniendo en un bol la harina, el huevo y la yema, la sal, el azúcar vainillado y la leche con la levadura diluida. Amasamos hasta tener una masa compacta y dejamos que repose durante media hora. Una vez haya reposado añadimos la mantequilla y el azúcar vainillado, amasamos hasta que la mantequilla esté bien integrada en la masa, y ponemos a calentar la gofrera al número 3. Vamos poniendo la masa en la gofrera, bajamos al 2 y dejamos que se hagan los gofres entre 2-3 minutos, según veamos que están dorados. Los sacamos a una rejilla y listos.
Para controlar cuánta masa echáis podéis usar una cuchara de helado. En cada hueco puse lo que equivaldría a una bolita y quedaron unos gofres xeitosos, como decimos en mi tierra: ni pequeños ni grandes.
Así que ya sabéis, corred a comprar el azúcar perlado y probadlos, porque os encantarán. Desde luego en casa ya no haremos ninguna otra receta de gofres.