He elegido los anetos porque son bastante completos tanto en propiedades nutricionales como de sabor. El aneto es una variación del clásico francés cordon bleu (filetes de pechuga, panceta y queso gruyere) que necesita filetes de pechuga, jamón serrano y un queso fundente. En mi caso, como nos gusta mucho ir probando y repitiendo quesos nacionales (e internacionales), me he inclinado por un queso majorero tierno que tenía. Y es que tenemos una riqueza en quesos que nada tiene que envidiar a la variedad francesa, pero para nada.
Ingredientes:
1 pechuga de pollo
C/S de jamón serrano y queso majoreno tierno (u otro que sea fundente)
1 huevo y pan rallado fresco
C/S de sal y pimienta
Elaboración:
Como solo tenía una pechuga de pollo, he pensado que para aprovechar mejor el género, hacerla filetes de grosor medianito y enrollarlos con su jamón y queso antes de empanar. Así que fileteamos la pechuga, salpimentamos los filetes y ponemos una loncha de jamón y otra de de queso, de manera que al enrollar el queso quede en el centro. Pasar por harina, huevo batido y pan rallado. Freír en abundante aceite y cuando tengan un bonito color dorado, ponemos sobre papel de cocina para que absorba la grasa sobrante.
Nota: la gran ventaja de los anetos (y de los empanados) es que si no los vamos a usar inmediatamente los podemos congelar bien envueltos individualmente en papel film.