Los aros de cebolla son unos de mis picoteos favoritos. Cuando voy al burguer este famoso que todos conocemos, en lugar de patatas me pido aros de cebolla. Salen tan esponjosos que parecen calamares.
Y buscando algo parecido, mi amiga Susana me pasó esta receta de un libro suyo. No salen igual de gorditos, pero queda un rebozado crujiente y esponjoso a la vez... ¡que mal me explico! Mejor os dejo la receta y probáis. ya me diréis si os gustó
INGREDIENTES:
1 cebolla
1 huevo
80 gr de harina
1 cucharada de aceite de oliva o girasol
Sal
80 gr de leche
PREPARACIÓN:
Separamos la clara de la yema de huevo.
Mezclamos la yema con la harina, sal, aceite y leche hasta obtener una pasta densa.
Montamos la clara a punto de nieve y la mezclamos con la pasta anterior con movimientos envolventes.
Cortamos la cebolla en aros no muy finos y los bañamos en la masa. Freímos en abundante aceite caliente, mejor en freidora. Al sacarlos dejamos sobre papel absorbente para que escurra el aceite sobrante.
Ponemos la yema, la harina, la sal, el aceite y la leche y mezclamos bien, que no queden grumos.
Añadimos la clara montada a punto de nieve.
Y nos queda una mezcla espesa. Hacedla en un bol pequeño pero hondo.
Cortamos la cebolla en aros no muy finos.
Sumergimos los aros y los escurrimos un poco. Yo lo hice asi, dejándolos escurrir en un tenedor
Y freímos en abundante aceite caliente. Yo lo hice en freidora.
Dejamos sobre papel absorbente unos segundos.
¡Y a disfrutar!
Un picoteo alternativo a las clásicas patatas fritas.