Es época de elaborar recetas con bacalao. El bacalao da muchísimo juego en la cocina, y podemos encontrarlo de distintas formas, en mi caso lo he comprado en salazón, y lo he desalado, pero si no lo encontráis o tenéis en el congelador bacalao congelado en su punto de sal podéis realizar esta receta igualmente.
INGREDIENTES:
Un bacalao en salazón
Para la salsa:
1 cebolla
2 dientes de ajo
300 gr. de tomate frito
12 pimientos del piquillo en conserva
250 caldo de pescado (yo siempre tengo en el congelador casero, pero si no tenéis le ponéis del que venden envasado, en su defecto podéis poner agua)
Medio vaso de vino blanco
1 hoja de laurel
Sal
Pimienta
Sal
4 cucharadas de Aceite de Oliva Virgen Extra
PREPARACIÓN: Lo primero que haremos en los días previos, si usamos el bacalao en salazón, es cortarlo y ponerlo en agua. Llevamos al frigorífico y vamos cambiando el agua cada 8 horas. El tiempo del desalado dependerá del grosor de los trozos y de la cantidad de sal que lleve, en mi caso cambié el agua durante 48 horas.
Una vez que tenemos el bacalao desalado, lavamos bien y secamos con papel absorbente. Mientras tanto preparamos la salsa. Para ello ponemos el aceite en una sartén y rehogamos la cebolla y el ajo picados. Rehogamos hasta que esté transparente, entonces añadimos el tomate frito, los pimientos del piquillo, el vino, la hoja de laurel, y salpimentamos. Cuando se haya evaporado el alcohol del vino añadimos el caldo de pescado y dejamos que durante unos diez o quince minutos. Pasado este tiempo trituramos todo bien (la hoja de laurel no) y de nuevo llevamos al fuego durante unos 5 minutos.
Introducimos los trozos de bacalao dentro de la salsa, y cocinamos a fuego bajo hasta que veamos que están hechos, sobre unos 10 o 15 minutos, dependiendo del grosor. Servimos decorando con un poco de perejil fresco.
No os puede falta el pan para esta receta, porque la salsa está tan rica que no pararéis de mojar pan en ella.
Feliz jueves.