El bacalao se come desde hace siglos y hoy en día es uno de los más consumidos. Es uno de los alimentos más típicos de la gastronomía de nuestro país y es terriblemente versátil. También es uno de los pescados con más alto contenido proteínico.
En Europa su comercialización como pescado en salazón comenzó en el siglo XV. En aquellos tiempos, gracias al pescado en salazón aquellas zonas más alejadas del mar, y sin ríos cerca, podían comer pescado.
El bacalao es un pescado con carne firme, pero tierna, y sabrosa. Se puede preparar de diferentes maneras y una de las más sencillas es frito, rebozado en harina. Lo podemos acompañar de salsa de tomate, de unos pimientos fritos, de unas habitas tiernas, de una ensalada de tomate, etc.
Ingredientes:
600 g de filetes de bacalao desalado (puede ser congelado),
250 g de harina para freír,
Aceite de oliva virgen extra.
Preparación:
Antes de freír el bacalao lo rebozaremos en harina de trigo y lo freiremos en una sartén antiadherente con aceite de oliva virgen extra muy caliente. Lo tendremos en el fuego hasta que se quede dorado o según el gusto.
Cuando lo saquemos de la sartén, pondremos el bacalao frito en un plato con una servilleta para que absorba todo el aceite y no esté tan pesado.
Como veis es más que sencillo. En la fotografía lo acompaño de salsa de tomate.
También los pimientos fritos casan muy bien con el bacalao frito.
¡El bacalao siempre apetece!