A Ary le tocó este mes elegir ingrediente, que empezara por la letra P. Lo más normal hubiera sido elegir plátano, jijijiiii, pues no. Ella eligió Pistacho.
Ainssssss ¿y ahora que preparo yo? un ingrediente muy desconocido para los postres y encima ¿cómo pelarlos sin caer en la tentación de comértelos?
Wi, Wi, ... se me enciende la bombilla y enseguida me viene a la mente unos pastelitos árabes que me encantan, los he probado (bueno, me los trae mi maridín) de una pastelería del Carrer del Carme, en el barrio del Raval en Barcelona. Pues manos a la obra a investigar nombre y como se preparan
En sí puede parecer laboriosos, pero si existieran los pistachos sin cáscara (por lo menos yo no los he visto) tendríamos mucha faena adelantada.
Se trata nada más ni nada menos de unos BAKLAWA
Los BAKLAWA son unos pastelitos de origen árabe, que consiste en una pasta de frutos secos (pistachos y nueces), con una combinación de azúcar y especias (canela y clavo). Está montada sobre unas láminas de pasta filo y bañados con un almíbar de agua de azahar.
Vamos casi nada, una bomba calórica que hay que probar sí o sí. Los suelen acompañar con un té.
Preparación:
Hay muchas recetas por internet, todas tienen casi el 100% en común en la preparación y en los ingredientes. El almíbar con lo que se rocía puede ser lo diferente. Yo me decidí por este, en muchos otros utilizan miel, pero yo en ese momento no tenía y me quedé con este.
Empezaremos quitando la cáscara a los pistachos. Una vez pelados, poner un cazo con agua a herevir. Cuando empiece el hervor, volcar los pistachos y a los dos minutos retirar. Así se les quitará la sal y será más fácil terminar de quitarles la piel.
Una vez fríos, triturar junto a las nueces peladas en trocitos (tropezones). Añadir 4-5 cucharadas colmadas de azúcar, una cucharadita de canela en polvo y un puñadito de clavos machacados. Remover bien para mezclar.
Ahora empezaremos con el montaje. En una bandeja rectangular (tamaño bizcocho), la forraremos con un papel de horno, pincelaremos con mantequilla. Con cuidado pondremos una hoja de pasta filo, pincelaremos con mantequilla, pondremos otra hoja de pasta filo, volveremos a pincelar con mantequilla y pondremos una tercera hoja de pasta filo.
Tranquilos si las hojas son más grandes que la bandeja, luego las recortaremos.
Volcar la mitad de la mezcla de frutos secos que tenemos reservada. Cubrimos con una hoja de pasta filo, pincelamos con mantequilla, otra hoja, pincelamos y ponemos una tercera hoja.
Volcamos la otra mitad de la mezcla de frutos secos que tenemos reservada. Cubrimos con una hoja de pasta filo, pincelamos con mantequilla, otra hoja, pincelamos y ponemos una tercera hoja.
Metemos en la nevera durante media hora para que se endurezca la mantequilla.
Pasado el tiempo, con cuidado, cortamos los cuadritos y recortamos todos los sobrantes de alrededor. Es mejor dejar ya marcadas las porciones, porque la pasta filo horneada es muy quebradiza.
Precalentar el horno a 180º y meter la bandeja. Hornear durante unos 20 minutos hasta que esté dorado.
Mientras tanto prepararemos el almíbar. En un cazo poner un vaso de agua, 3 cucharadas de agua de azahar. Cuando empiece a hervir añadir una rama de canela, una cucharada de zumo de limón, cáscara de limón, clavos y 5 cucharadas de azúcar. Bajar a fuego medio, ir removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera, durante 15 minutos. Colar y dejamos enfriar.
Bañar el baklava y dejar reposar 2 horas antes de consumir
Bon profit !!!