INGREDIENTES
4 Huevos medianos
300 g. de Azúcar blanquilla
400 g. de Harina de repostería
1 Sobre de levadura química
200 g. de Mantequilla
200 ml. de Nata (crema de leche) líquida para montar
400 g. de Calabaza asada
Azúcar para espolvorear la superficie
ELABORACIÓN
Para asar la calabaza, la he puesto en el horno a 180º C troceada, y la dejado unos 45 minutos, hasta que he visto que estaba blandita. La he triturado con un pasapurés, hasta obtener un puré blandito.
Precalienta el horno a 180º C y cubre un molde cuadrado con papel de hornear.
Bate los 4 huevos con el azúcar y la mantequilla a Tª ambiente, mezclando bien. Yo suelo batirlo con la batidora de varillas, para que se integren bien y no queden grumos. Añade el puré de calabaza y mezcla bien.
Por otro lado, en un bol, bate la nata (crema de leche) líquida con varillas o con la batidora para que quede semimontada, que no se monte demasiado. Agrégala a los huevos mezclados con el azúcar, la mantequilla y la calabaza.
Incorpora la harina tamizada con la levadura y mezcla con movimientos envolventes, para que la mezcla anterior no se baje.
Cuando tengas una masa uniforme, vierte en el molde y espolvorea con 1 cucharada de azúcar. Hornea a 170º-180º C durante 45-50 minutos, hasta que la corteza esté doradita y crujiente.
Mis trucos:
La corteza queda tan crujiente que se rompe al cortar, y el interior es esponjoso y denso.
En casa nos gusta acompañarla con un trozo de queso blandito, y hay quien riza el rizo, y la acompaña con queso, miel y nueces( ¡qué suerte tienen, que no engordan!)
Al llevar calabaza, aguanta 4-5 días tierna y muy esponjosa, pero ¡¡dudo que te dure tanto!!
¡¡ Feliz semana!!