Buenos días, ¿qué tal ha ido la semana?
Mi vuelta a la rutina ha sido un poco caótica y desastrosa. Me he ido arrastrando de un sitio a otro y me de la sensación que al final no he hecho nada de lo que quería hacer. Supongo que todo será volver a acostumbrarse a la rutina y a no tener tiempo para nada.
Que los arándanos me encantan es un hecho y lo podéis comprobar poniendo arándanos en el buscador donde podéis encontrar todas las recetas que tengo con esta fruta. Y seguiré haciendo pruebas e investigando nuevas formas de utilizarlos en repostería así que tenéis para rato.
Últimamente cuando preparo bizcochos me ha dado por ponerle glaseado y para este bizcocho quería uno que no fuera muy dulce para no enmascarar la acidez de los arándanos, pero al no tener limón en casa no se me ocurría ninguna opción. Me puse a investigar por internet y vi este glaseado de yogur y la verdad es que me ha encantado no es muy dulce así que se ha convertido de mis favoritos, aunque este no quedara perfecto del todo y se ven bolitas de azúcar glas.
Ingredientes
210 g de mantequilla pomada
210 g de harina
200 g de azúcar
100 g de arándanos
4 huevos
1 sobre de levadura (16g)
1 cucharadita de pasta de vainilla
6 cucharadas de azúcar glas
3 cucharadas de yogur natural
Precalentamos el horno a 170º.
Batimos la mantequilla con el azúcar hasta tener una crema blanquecina.
Añadimos los huevos uno a uno. No añadimos el siguiente hasta que el primero no esté integrado.
Añadimos la cucharadita de vainilla.
Incoporamo la harina y la levadura previamente tamizadas. Removemos con una espátula hasta que se integre la harina.
Añadimos los arándanos y removemos con la espátula lo justo para que se repartan por la masa.
Vertemos la masa en nuestro molde previamente engrasado y horneamos 45-50 minutos.
En un cuenco mezclamos el yogur con el azúcar glas previamente tamizado.
Sacamos el bizcocho del horno y dejamos reposar unos 10 minutos antes de desmoldarlo.
Una vez frío añadimos el glaseado.
Feliz semana :)