El bizcocho de hoy, ¡tiene sorpresa! Un bizcocho de queso y calabaza sin azúcar, con sorpresa en el interior. Súper original y resultón
Hace ya tiempo que quería hacer algún bizcocho original, un poco distinto a los que hacemos normalmente, por eso de probar cosas nuevas y más divertidas. Y aquí estoy hoy, aprovechando que toca bizcocho en el Desafío en la cocina, con este bizcocho con sorpresa.
Bueno, siendo honestos, la sorpresa aquí ha durado poco porque habéis visto las fotos nada más entrar, pero imaginaos sacándolo con invitados en casa, cortándolo y… ¡tachán! Ahí sí que hay sorpresa
La idea de este bizcocho es que, en realidad, son dos bizcochos: el de dentro, de color, y el de fuera. Por eso, podemos hacerlos de lo que queramos, siempre y cuando juguemos con los colores para que contraste y se vea el dibujo.
Para el bizcocho de dentro podéis usar el que queráis, yo os recomiendo el bizcocho de zanahoria y calabaza o el bizcocho de calabaza.
Solo por fuera ya se ve que va a estar rico, pero la sorpresa de dentro lo convierte en un bizcocho muy original.
Por la época en la que estamos, en pleno otoño, a mí me pareció que el queso y la calabaza iban a quedar genial. La combinación de sabores es ideal, con un toque dulce pero nada empalagosa, con sabores que no suelen estar tan presentes en los postres.
¿Y la forma del interior? Pues con los ingredientes de este bizcocho de queso y calabaza, ¡no podía ser otra que… una calabaza! Hay quien me ha dicho que parece un tomate para tocarme las narices, pero yo la veo como una preciosa e imperfecta calabacita. Que además, es naranja, y eso es de calabaza, no de tomate
Para que la forma quede ideal, lo suyo es hacer los cortes (paso 2) con un cortador de galletas. Como yo no tenía, los he hecho a mano. Así que ahí tenéis el motivo de que la forma no sea quizás taaan bonita como habría querido. Pero al final los postres tienen su gracia cuando se nota la artesanía, lo casero, lo imperfecto. Así que a mí me encanta así, con sus imperfecciones
Sí que debo decir que, al ser dos bizcochos, se tarda el doble en hacer que un bizcocho normal, pero es lo que tiene si queremos tener un bizcocho con sorpresa más original que los bizcochos «normales» de siempre…
Para mí, vale la pena, ¡y repetiré seguro!
Podéis ver el resto de bizcochos que han preparado mis compañeras de desafío en esta web.
Espero que os guste la receta
Información Nutricional
Cada ración de este bizcocho de queso y calabaza con sorpresa contiene:
139,6 kcal
6,7gr HC
Con este bizcocho estaremos consiguiendo una fuente de nutrientes muy variados, desde las hortalizas que hay en la parte interior, repletas de betacarotenos y vitaminas, hasta las proteínas del queso light. No olvidamos el aporte de hidratos de carbono y fibra, que nos darán energía para nuestras actividades habituales sin implicar cambios bruscos en nuestros niveles de glucosa en sangre.
Ingredientes:
200gr aprox de bizcocho de calabaza y zanahoria (o de un bizcocho al gusto), 2 huevos, 75gr de harina de avena integral, 150gr de queso crema light, 30ml de leche desnatada, 16gr de levadura en polvo (1 sobre), 1 cucharada de stevia en polvoInstrucciones:
Partimos de que ya hemos preparado el bizcocho de zanahoria y calabaza, o cualquier otro bizcocho que queráis usar en el interior. Lo cortamos en rodajas de aproximadamente un dedo de ancho.Ahora recortaremos las calabazas de cada rodaja. Para ello, podeís usar un cortador de galletas con forma de calabaza o, si no tenéis, como yo que (aún) no tengo, podéis haceros una plantilla con papel y cortar las calabazas siguiendo la plantilla con un cuchillo liso.
No importa si no quedan todas perfectas, al tener el bizcocho entero no se notará. Las colocamos todas seguidas dentro del molde.
En un bol, o en el vaso de la Kitchenaid, batimos el queso crema hasta que monte ligeramente.
Separamos las yemas de las claras, añadimos las yemas al queso y montamos las claras aparte junto con el edulcorante (y las reservamos en la nevera). Batimos bien las yemas con el queso.
Añadimos la harina tamizada, y la integramos bien hasta conseguir que no haya grumitos.
Agregamos las claras montadas poco a poco, en varias veces, y las integramos con la ayuda de una espátula o lengua de gatos, haciendo movimientos envolventes para que no se bajen.
Cuando ya tengamos la masa, la vertemos con cuidado por los laterales de la parte central con forma de calabaza, intentando que caiga un poquito por debajo y por los bordes (principio y fin del molde, a lo largo). Vertemos toda la masa con cuidado hasta que cubramos la parte interior. Si os falta un pocquito para cubrirla, como a mí, no os preocupéis, que en el horno sube y se tapa.
Horneamos a 180º durante unos 30 minutos, hasta que veamos que se dora. No hace falta que lo tengamos mucho tiempo porque la parte del centro, que es la que más tarda en cocerse en los bizcochos, ya está hecha.
Dejamos atemperar unos 10min, desmoldamos con cuidado sobre una rejilla, y dejamos enfriar por completo. Decoramos con azúcar glass sin azúcar. Cortamos una rodaja, descubrimos la sorpresa, ¡y listo!
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