Siempre es buen momento para disfrutar de una interesante lectura acompañada de una buena taza de café y de un "capricho" dulce. Todos los años preparo alguna tarta especial, las he preparado con forma de libro abierto, como un libro con ilustraciones antiguas pintadas a mano, con rosas, etc
Por eso en esta ocasión pensé en un bizcocho enrollado de vainilla relleno de una deliciosa nata (crema de leche) vegetal con sabor a café. (Os pongo la receta aquí, solo tenéis que sustituir el cacao que aparece en la receta del enlace, por un sobre de azúcar vainillada o una cucharada de esencia de vainilla).
La idea de un bizcocho enrollado "escrito", como si hubiera sido realizado de puño y letra de cualquier escritor, me rondaba por la cabeza. Lo que tenía que conseguir era que la "grafía" del bizcocho se entendiera como si hubiera sido sacada de la página de un libro y que al hornearse no se perdiera en la masa. Diseñé mi plan y en un papel de horno, copié unas lineas con buena caligrafía y letra bonita, de uno de mis autores preferidos Edgar Allan Poe.
Preparé la masa, separé un bol de la misma y teñí con colorante negro, coloqué la masa en una manga pastelera con una boquilla del número 2 de Wilton y tracé paso a paso, muy despacio, todo el párrafo. ¡Cuidado!, se me olvidaba deciros, que tenéis que darle la vuelta al papel de horno de forma que veáis las letras del revés, para que luego a la hora de escribirlas con la masa y cuando se hornee el bizcocho, al enrollarlo se puedan leer a derechas. Hay que hornear un minuto la masa de las letras a 215ºC, lo sacamos y cubrimos con la masa clarita y ya horneamos de 6 a 7 minutos o hasta que al pinchar el bizcocho con un palillo, éste salga limpio.
Y de ahí surgió mi pequeño homenaje a este día tan maravilloso. Como a mi parecer, quedó fantástico, no he querido dejar pasar la oportunidad de ponerlo aunque sea a fecha pasada. El trabajo me parece original, me recuerda a un pergamino antiguo, y es un poco difícil, pero estoy satisfecha del resultado obtenido, por eso os lo muestro. ¿Qué os parece? ¿Os gusta la idea?
Perfecto para obsequiar a un buen amante de la lectura y que disfrute de un maravilloso "momento dulce".
Saludos
María José
Y recuerda... ¡pon un dulce en tu vida!