Buenos días, ¿qué tal ha ido la semana?
Si la última entrada la había preparado corriendo el día antes de publicarla esta la estoy preparando el martes. Y es que como ya os he comentado me han cambiado el horario de trabajo, y hoy martes, hasta las 13 no entro a trabajar y justo hoy me ha tocado análisis de sangre así que tengo mucho tiempo libre.
Ya habréis notado que estoy intentando estar más presente en Instagram aunque el tema de las historias me cuesta, no hago nada tan importante en mi día a día y tampoco me veo como las influencers que suben videos hablando mientras andan por la calle. Me moriría de la vergüenza, en casa también, y más viviendo en una ciudad pequeña donde siempre ves a la misma gente. Pero por lo menos estoy intentando subir una foto al día o cada dos días.
Haciendo esto me he dado cuenta que hay fondos que uso mucho más que otros y de ahí me he acordado de esos momentos breves donde llevaba el blog tan planificado que tenía las recetas preparadas con un mes de antelación así que podía controlar la variedad de preparaciones que había además de que los fondos fueran variando para que no fueran siempre las fotos igual.
¿Los que tenéis blog hacéis lo mismo y planificáis las entradas con mucha antelación o soy yo que cada vez soy más control freak?
Aunque tengo que reconocer que este septiembre, como segundo principio de año, no me he puesto ningún propósito y apenas estoy usando la agenda. Estoy intentando que las cosas fluyan más y no llevar todo planificado al milímetro.
Pero tengo que reconocer que está receta sí que llevaba tiempo queriéndola hacer y la he hecho con tiempo suficiente, tanto que me ha dado tiempo a prepararla dos veces de la rica que ha salido. Creo que es el bizcocho vegano que más me han gustado hasta la fecha. La textura se asemeja mucho a la de un brownie, pero no es tan pesado, si comes una porción no te llena tanto, y el sabor es espectacular. Yo he puesto arándanos porque ya sabéis que me encantan y de vez en cuando me compro una cajita para quitar el antojo, porque menudo precio tienen, pero podéis usar también arándanos congelados u otra fruta. Lo único que tenéis que tener en cuenta si usáis fruta congelada es que la masa os quedara más líquida por lo que yo reduciría ligeramente, quizás una cucharadita menos, la cantidad de agua de la receta.
Ingredientes
200 g de agua
180 g de harina
85 g de agave
60 g de arándanos
50 g de cacao
1 cucharadita de levadura
1/2 cucharadita de bicarbonato
Precalentamos el horno a 180º.
En un bol mezclamos el agua y el agave.
Añadimos la harina previamente tamizada con el cacao, la levadura y el bicarbonato.
Incorporamos los arándanos y mezclamos con una espátula para que se repartan por la masa.
Vertemos en nuestro molde engrasado.
Horneamos 30 minutos.
Dejamos que se enfríe por completo antes de desmoldar.
Feliz semana :)
Fuente: este post proviene de Repostería Tximeleta, donde puedes consultar el contenido original.
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