Ya tenía una entrada de Brownie pero es todo lo contrario al que os traigo hoy. Aquel era tal y como yo lo comí la primera vez - tupido, para comer con cuchara y con su helado de vainilla. Este es esponjoso, muy chocolatero y muy parecido al brownie más comercial. Como últimamente hago he acudido a mi receta base de bizcochos pero cambiando el aceite por mantequilla. Animaros y veréis que cosa mas sencilla, riquísima y resultona. En casa nos ha encantado a todos. De estas cantidades me salieron 9 cuadrados como los que veis en la foto.
Ingredientes:
500ml de yogurt
Una cucharada de bicarbonato (sopera)
100g de mantequilla (derretida)
100g de chocolate negro (derretido)
Dos vasos de harina
Un vaso de azúcar
Dos cucharadas soperas (colmadas) de cacao puro
Esencia de vainilla
100g de avellana tostada y pelada
Mezclamos el yogur y el bicarbonato, removemos bien y dejamos que empiecen a burbujear. A continuación añadimos el azúcar, la mantequilla derretida pero ya templada, el chocolate derretido y también templado, la esencia de vainilla y volvemos a remover bien. Podéis usar una batidora eléctrica o bien unas varillas y hacerlo a mano, yo incluso a veces lo hago con un simple tenedor. Una vez tenemos la masa homogénea añadimos la harina tamizada con el cacao sin dejar de remover. Por último incorporamos las avellanas que o bien podemos poner enteras o como he hecho yo - cortadas en trozos grandes con el cuchillo. Veréis que la masa es muy espesa, una vez vertida en el molde (previamente engrasado o con papel vegetal en el fondo) hay que darle forma con una cuchara y todo. Precalentamos el horno a 200 y cuando empiece a subir bajamos la temperatura a unos 160 hasta que se haga por completo. Desmoldar una vez frio.