Me encanta usar en los bizcochos la buttermilk, que nos es mas que leche cortada y que aunque la podemos comprar ya hecha, yo, la verdad, la he hecho siempre en casa.
La buttermilk aporta a los bizcochos una húmedad y una textura que al menos a mi me gusta mucho , también tengo la impresión de que me duran mas tiempo tierno, así que procuro usarla mucho.
En este bizcocho también he usado un molde que ayuda mucho a la hora de hacer un bizcocho, y es el molde Nordic Ware.
Estos moldes son caros pero merecen la pena, además de tener un material muy resistente, sus diseños hacen los bizcochos muy originales, además de hacerlos muy ricos.
Hay que engrasarlos muy bien, cuidando que queden todos los rincones impregnados, una vez en el horno, se ponen en la rejilla, para así favorecer su cocción chimenea, y a la hora de desmoldar, dejarlo unos 10 minutos de reposo, con pocos consejos te saldrá un bizcocho perfecto.
Necesitamos:
280 gr. de harina
113 gr. de mantequilla
450 gr. de azúcar
4 huevos L
237 ml. de buttermilk
20 gr. de aceite de girasol
Vainilla
Una pizca de sal
5 gr. de levadura
2 gr. de bicarbonáto
60 gr. de cacao puro
Preparación:
Lo primero es hacer la butttermilk, añadiendo a 237 ml de leche, el zumo de medio limón, removemos con una cucharita y dejamos reposar 10 minutos, se cortará la leche y tendrá mal aspecto, pero es así.
Encendemos el horno a 180º.
Con ayuda de un robot ,batimos la mantequilla con el azúcar hasta que nos quede una mezcla blanquecina.
Vamos añadiendo los huevos uno a uno, no incorporar un huevo hasta que el anterior no esté bien mezclado.
Añadimos el aceite y seguimos mezclando bien.
En otro bol, tamizamos la harina, junto con la levadura, el bicarbonáto, la sal y el cacao.
En este último bol, empezamos a mezclar todo, pero, alternamos, una parte de la masa de huevos, una parte de butermilk, y así, alternativamente, hasta acabar mezclando todo batiendo a la vez, nos tiene que quedar una masa homogenéa.
Horneamos durante 50 minutos, vigilando que cada horno es distinto.