Hoy me he levantado con ganas de dulce, sobretodo de chocolate, pero así solo no . Para ello habría bastado con abrir una tableta e hincarle el diente, pero me apetecía algo para acompañar el café con leche, algo como un bizcocho.
Ya os conté cuando preparé el bundt cake marmolado que éste tipo de bizcocho no tiene nada de especial, excepto por el tipo de molde que se utiliza. Pero para ésta receta os valdría cualquier otro molde que tengáis en casa. Yo, ya que tengo uno con ésta forma pues he aprovechado….
Como otras veces, me he inspirado en recetas de diferentes sitios y he conseguido la mía propia. De eso se trata también, de probar, experimentar y obtener un resultado fabuloso a nuestro gusto. Pero si no eres muy asidu@ a la repostería, por ahora te aconsejo que sigas las recetas paso a paso, para no tener que repetirlo 1000 veces! Con el tiempo y la práctica, podrás ir improvisando sobre la marcha, arreglar desperfectos al momento e incluso cambiar ingredientes sin ningún problema. Aunque doy por hecho que prefieres saber también como he preparado yo ésta receta, verdad? Bueno, pues apunta la lista de la compra y ahora te cuento. He utilizado los siguientes ingredientes:
4 huevos M-L
200 gr de azúcar
200 ml de aceite de girasol
15 ml de extracto de vainilla
300 gr de harina
1’5 cucharaditas (de café) de levadura
2 cucharadas (de postre) de cacao en polvo
220 ml de leche
zumo de 1/2 limón
250 gr de chocolate negro
200 ml de nata (crema de leche)
15 ml de zumo de naranja
colorante alimentario (opcional)
Aunque parezca una mezcla rara, empieza a poner el zumo del medio limón en la leche. Y déjalo a temperatura ambiente unos 10 minutos. Con ésto conseguimos una buttermilk casera, pero si donde vives puedes conseguirlo fácilmente mejor. Adquiere un aspecto a leche cortada, pero no está mala! Es lo que esperamos con ésta mezcla casera…
Los elementos secos, es decir la harina, la levadura y el cacao en polvo hay que tamizarlos. Una vez los tengas pesados, mézclalos y pásalos por un tamiz todos juntos, para que después estén bien distribuidos. Aunque de momento reserva la mezcla para más tarde.
En un bol vamos a poner los huevos junto a 170 gr de azúcar y el aceite de girasol. Con unas varillas bate hasta tener una mezcla homogénea. Añade la mitad de los elementos secos de antes y la mitad de nuestra buttermilk casera sin dejar de remover. Y después, antes de repetir con la otra mitad, pon también el extracto de vainilla. Al acabar debes tener una masa bastante líquida, pero a la que le falta una cosa más: el chocolate fundido. Así que fúndelo al baño maría o al microondas (como elijas) y añádelo, pero asegúrate que no quede ningún grumo y también que no se queme (sino va amargar….).
Precalienta el horno a 180°C con el calor arriba y abajo y luego engrasa el molde con un poco de aceite de girasol y harina. Si quieres también puedes utilizar un spray desmoldante, pero yo prefiero lo de siempre (y así ahorrarme un dinerito ). Vierte la masa del bizcocho en el molde y a hornear. En éste punto puede variar bastante el tiempo de cocción. Si has utilizado un molde de bundt cake como yo, que es más ancho vas a necesitar unos 50 minutos. Pero si has usado un molde donde la masa quede más distribuida y con menos grosor deberás ir comprobándolo. La cuestión es que lo vayas controlando con un palillo: cuando salga completamente limpio el bizcocho está en su punto. Te aconsejo que pongas la mitad del tiempo el calor solamente por la parte inferior del horno, porqué en la superior enseguida conseguimos una corteza en el bizcocho, que si tiene el calor muy cerca se tuesta rápidamente. Aunque también hay la opción de cubrir el molde con un poco de papel de plata para evitar ésta corteza…. Pero mejor que pongas de todas maneras el horno con calor abajo durante la mitad de la cocción, será lo mejor!
Deja enfriar totalmente el bundt cake antes de cortarlo para rellenarlo. La crema de naranja es de lo más sencilla. Sólo hay que montar la nata (crema de leche) junto con los 30 gr de azúcar restantes y los 15 ml del zumo de naranja. Si quieres añadirle también la ralladura de la piel de naranja, le dará un toque más fresco. Pero como prefieras. Puedes poner, o no, un poco de colorante naranja para potenciar el color de la crema. Yo si que se lo he puesto y como no tenía estabilizante en casa, se me ha quedado un poco blanda. Pero he aprovechado la forma del bizcocho para rellenarlo tanto por dentro como por la “chimenea” del medio, así toda la superficie está con crema de naranja.
Como es un bizcocho muy grueso ya va bien ése extra de crema. Y la verdad es que la combinación de chocolate y naranja es estupenda. Aunque para mi gusto es bastante suave (tengo que buscar otra manera para conseguir una crema con más sabor a naranja aún!), en general es un dulce contundente. Así que con tan solo un trocito tendréis suficiente para poder disfrutarlo o con más gente o durante más días, como prefiráis. Recordad en darle un toque dulce a vuestro día, que las penas con azúcar pasan mejor Hasta la próxima golos@s!
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