Además siempre viene mi tía, que a parte de ayudarnos se lleva una bandeja para los de su casa así que el año pasado hicimos más de 300.
Al final por un virus intestinal se pospusieron y los hicimos para San Vicente que también es un día muy señalado en mi casa pues es el santo de mi padre, pero no salieron bonitos, como podéis ver en la foto de arriba.
Para esta receta lo de la experiencia cuenta y mucho porque la pasta no tiene que estar ni muy clara ni muy espesa y como lleva levadura fresca se tiene que dejar un tiempo "para que se haga buena" como dicen mi madre y mi tía. Y luego el punto bueno es cuando la dejas caer y no se apelotona aunque tiene que tener su consistencia.
Lo primero del todo es limpiar de piel y pepitas la calabaza, trocearla y pesarla, por cada 1 kg. de calabaza luego pondremos 1 kilo de harina.
Ingredientes:
Para 1 kg. de calabaza pusimos 1 kilo de harina, 2 huevos, un pellizco de levadura fresca (25 grs. más o menos), la ralladura de un limón y un pellizquito de sal.
Ponemos una olla al fuego con la calabaza y agua suficiente para cubrirla y un dedo más. Se hierve hasta que al pincharla esté tierna. Según lo dura que esté tardará más o menos. Tiene que quedar cocida y con algo de agua como veis en la foto.
Cuando esté cocida se le pasa la batidora y se tritura por completo.
Tiene que estar templada, si no hay que calentarla.
Se echa en un cuenco grande y se añade la harina, los huevos batidos, la levadura fresca desleída, la ralladura de 1 limón y una pizca de sal, se amasa y se deja reposar media hora para que la levadura actúe y la masa se haga buena.
Si cuando vais a freír los buñuelos está demasiado compacta se puede calentar un vaso de agua y añadirlo para que la masa al dejarla caer no esté apegotada pero tiene que estar espesita.
Para hacer buñuelos es imprescindible una buñolera que nunca se friega sino que cuando se acaba se limpia bien con papel de cocina y se guarda para la próxima vez, envuelta con papel y dentro de una bolsa de plástico para que no coja polvo.
Se pone una sartén grande a fuego vivo y bastante aceite como 2 litros o más, se mete la buñolera dentro para que esté caliente a la hora de usarla y esperamos a que el aceite se caliente.
Una vez veamos que ya está listo sacamos la buñolera, la escurrimos bien y vamos echando la masa y sumergiendola en el aceite, el buñuelo se desprende él sólo, y vamos haciendo los buñuelos hasta acabar la masa. Si durante el proceso la masa se apelotona se remueve para que vuelva a estar en su punto.
He tardado mucho en poner esta receta porque nos salieron con burbujas, y mi madre cogió un cabreo ja, ja, ja. Eso de hacer las cosas a ojo tiene lo suyo, yo creo que tenían demasiada levadura.
Pero esta vez con esta receta han salido perfectos y bueno la cosa es que estén esponjosos, no estén aceitosos y unas veces os saldrán más bonitos que otras, pero eso es normal je, je.
Éstos salieron de escaparate y además buenísimos.
Ah! y si hacéis muchos se pueden congelar.
Bye.