Ingredientes:
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- 2 dientes de ajo.
- Un poco de pan duro.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
- Pimentón.
Elaboración:
Lo importante de esta receta es tener buenos productos del huerto y utilizar el triple de calabacín que de patata. Las medidas que os he puesto son para dos personas, ya que aunque os parezca mucho, debéis tener en cuenta que el calabacín tiene mucha agua, así que si queréis hacer para más personas no tenéis nada más que duplicar las cantidades.
Trocea y pela el calabacín sálalo y comienza a freírlo con muy poco aceite. Si veis que se seca se le añade un poco de agua para que se haga en su jugo. Cuando ya está casi hecho se chafa y se saca un plato. Tardará unos 25 minutos.
Mientras tanto peláis las patatas y las saláis, en la misma sartén donde se ha cocinado el calabacín, echáis una cucharada de aceite y freís las patatas. Cuando están casi cocinada se chafan las patatas y se le añade el calabacín para mezclar los dos sabores, pero no hay que añadirle más aceite.
En otra sartén, con un poco del aceite de las patatas se refríe el pimentón, tened cuidado de que no se os pegue, ni se os queme. Una vez que está hecho se añade al sofrito.
Ahora tiene que estar media hora a fuego medio mientras se sofríen los dos productos en su propios jugo, si se os agarra (a mí no me ocurrió, porque la sartén era nueva), no os preocupéis, ya que antiguamente se agarraba bastante con las sartenes que utilizaban y eso era lo que le ofrecía ese sabor característico.
Cuando lleva 15 minutos machacamos los dos dientes de ajo y el pan duro en un almirez, le añadimos un poco de agua y se lo añadimos al guiso y cuando ha pasado la media hora ya está listo para degustar. No dejéis de hacer este plato, sobre todo si tenéis buenos productos del huerto.
Tiempo de preparación: 1 hora y 15 minutos.
Gasto: 2 euros
Raciones: 2 personas.
Dificultad: Fácil.